El profe Luis Fernando Montoya reveló detalles del ataque que le cambió la vida: “No paraba de llorar y llorar”

El campeón de la Copa Libertadores con Once Caldas habló sobre su paso por el fútbol profesional, el disparo que lo dejo cuadripléjico y el deporte en la actualidad

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El campeón de la Copa Libertadores en 2024 abrió su corazón - crédito EFE
El campeón de la Copa Libertadores en 2024 abrió su corazón - crédito EFE

En 2004, Once Caldas hizo lo que parecía imposible y se consagró campeón de la Copa Libertadores tras vencer a Boca Juniors; sin embargo, meses más tarde la alegría se transformó en tristeza en Manizales y Colombia, luego de que el estratega de ese equipo, Luis Fernando Montoya, fuera víctima de un asalto que cambió su vida por completo.

10 días después de la final de la Copa Continental, en la que Once Caldas perdió frente a Porto, el profe Montoya fue víctima de un asalto junto a su esposa, en el que Luis Alberto Toro, alias El Guajiro le disparó al entrenador y con ello lo dejo cuadripléjico.

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Desde entonces, Montoya se ha transformado en el campeón de la vida, forma con la que se refieren sus allegados para reconocer la resiliencia del caldense de 66 años, que dejo de lado las adversidades y en 2019 terminó la licenciatura en Educación Física, Recreación y Deporte.

A meses de cumplirse 20 años del hecho que cambió su vida, Montoya abrió su corazón en una columna de opinión publicada por The coaches voice, recordó su llegada a Once Caldas e hizo una crítica al modelo económico del fútbol en la actualidad.

“Hoy veo el fútbol colombiano y a sus jugadores, y echo de menos futbolistas con hambre de hacer cosas grandes. Piensan más en la plata que en conseguir cosas que queden en la historia. El dinero está bien, de eso no hay duda, pero un futbolista no solo juega por dinero. Deben jugar por hacer cosas grandes”, es parte del texto.

El profe Montoya habló sobre la actualidad del fútbol en Colombia - crédito Getty
El profe Montoya habló sobre la actualidad del fútbol en Colombia - crédito Getty

Montoya afirmó que en esa época Once Caldas no tenía responsabilidad de pelear títulos, pero su deseo de triunfar fue compartido a un grupo de jugadores que se sintieron identificados con su plan de juego y lograron demostrarlo en el terreno de juego.

“Ganamos el Torneo Apertura por primera vez en la historia del club. “Ok, está muy bien, pero no vamos a parar aquí, ¿no?”, le dije a los chicos”, recordó Montoya, que fue su mensaje a los jugadores tras ganar el torneo apertura en Colombia.

El técnico habló de su triunfo en la Copa Libertadores, pero profundizó en un sueño que no pudo lograr, ya que en la Copa Intercontinental Porto ya no era entrenado por José Mourinho, un hombre que admira y con el que espera poder compartir algunas palabras en algún momento.

Me quedé con las ganas de poder hablar con Mourinho, de tomarme una foto con él. Ojalá, en algún momento de la vida, podamos vernos, tomar un café y charlar”, puntualizó Montoya en la columna.

El caldense recordó el momento en el que una persona que compartió celda con el hombre que le disparó se acercó para hablar - crédito Colprensa
El caldense recordó el momento en el que una persona que compartió celda con el hombre que le disparó se acercó para hablar - crédito Colprensa

Respecto al hecho en el que recibió el disparo que cambió su vida, Montoya afirma que recuerda muy poco de ese día, que despertó en un hospital y durante cuatro meses pensó que la vida no tenía sentido, pero eso cambio al priorizar a su esposa y su hijo, lo que lo hizo poder lograr dejar de necesitar un respirador.

“Desperté en el hospital, lleno de cables por todos los lados, enganchando a una máquina para respirar y sin poder mover ninguna parte de mi cuerpo. Solo podía mirar al techo. ¿Qué sentido tiene vivir así? No paraba de llorar y llorar”

Por último, el caldense afirmó que el 22 de diciembre de 2004 cambió su vida por completo, pero que ha entendido que la vida le entregó una oportunidad para vivir y no piensa desaprovecharla.

“Desde aquel 22 de diciembre de 2004, toda mi vida ha sido lucha y fe. Lucha por seguir adelante cada día. Y fe porque, independientemente de qué religión tengas, ahí arriba creo que hay un ser superior. A mí ese ser superior me dio una segunda oportunidad. Y me he prometido aprovecharla todo lo posible dentro de todas mis limitaciones”, se lee al final de la columna escrita por Luis Fernando Montoya.

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