Ha generado indignación lo que ocurrió con el ciudadano extranjero que fue sorprendido por las tropas de la Décima Tercera Brigada del Ejército Nacional en el barrio El Paraíso cuando prendía una fogata. El sujeto venezolano que se encontraba quemando madera, gasolina y aceite fue dejado en libertad y solamente se le realizó un llamado de atención.
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Pese a que estaba prendiendo una fogata a escasos metros donde organismos de seguridad y emergencia han tratado de controlar las llamas que han consumido varias hectáreas del cerro El Cable, el sujeto que afirmó que estaba prendiendo la hoguera para cocinar, fue dejado en libertad.
La captura del sujeto venezolano ocurrió cuando las tropas de la Décima Tercera Brigada del Ejército se dirigían al batallón presidencial, allí se percataron de la presencia de humo que estaba saliendo de una zona boscosa del barrio El Paraíso. Al llegar los uniformados observaron al extranjero con varias piezas de madera y otros combustibles, al ser abordado por las autoridades el venezolano afirmó que estaba cocinando.
De inéditamente los uniformados le ordenaron al venezolano apagar el fuego, además de retirar los palos de madera encendidos a una zona alejada de la vegetación.
Al conocerse la noticia generó bastante rechazo debido a que los organismos de emergencia han luchado días completos para controlar las llamas, por lo que se especuló que el extranjero recibiría una pena ejemplar. Pero tras conocerse que solamente le llamaron la atención y que está actualmente en libertad, los ciudadanos han reprochado la decisión de las autoridades.
Vale resaltar las palabras dichas por el coronel Gustavo Alberto Jiménez, comandante del batallón de la Policía Militar, quien señaló luego de haber sorprendido al responsable de la fogata:
“Hacemos un llamado a toda la población civil que perciben una situación de estas, por favor denuncien o llamen a las autoridades competentes para tomar acción de esta forma nuestros soldados, nuestro Ejército Nacional sigue comprometido en la protección del medio ambiente”.
Ante las elevadas temperaturas que se experimentan en la capital y los numerosos incendios reportados recientemente, las autoridades han pedido a los habitantes que informen sobre cualquier signo de incendio en áreas rurales. Para notificar sobre incendios en el bosque, la población puede llamar al número 123.
La responsabilidad de la mano humana tras el incendio
Es de resaltar que el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, indicó a escasos metros de donde el ciudadano extranjero estaba realizando el incendio, que se estableció que el origen de las llamas que consumieron cientos de hectáreas en el cerro El Cable fueron producto de una botella de vidrio y los rayos del sol.
“Indicción de material sólido vegetal, acícula de pino, debido a la transferencia de calor generado por refracción de la luz solar en una botella de vidrio y propagándose a cobertura vegetal. No sabemos cuando llegó esa botella a ese punto, puede haber sido hace días, semanas, meses o más tiempo; pero sí es un hecho que la botella fue la que generó, según este informe”.
Los estragos en la vegetación
Las condiciones climáticas extremas, agravadas por el fenómeno de El Niño, han incrementado el riesgo de incendios en los cerros orientales de Bogotá, afectando zonas donde se han introducido especies de plantas no nativas como eucaliptos y pinos, las cuales son altamente inflamables. Especialistas y funcionarios han señalado que estas especies facilitan la propagación de incendios y compiten agresivamente con la flora local.
“El gran problema de estas especies es que, si visitas un bosque de pinos o un bosque de eucaliptos, te darás cuenta de que son muy agresivas con las especies nativas. Por esta razón, no son recomendables en áreas de importancia ambiental, ya que eliminan la posibilidad de que cualquier otra especie crezca en su entorno”, dijo Alfred Ballesteros, director de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR).
Para enfrentar esta situación, se está promoviendo la restauración ecológica con especies nativas, un proceso que es complejo y prolongado, implicando años de trabajo para lograr una recuperación adecuada del ecosistema. Se discuten los desafíos de reemplazar las especies invasoras y la necesidad de planes eficaces para la prevención de futuros incendios, subrayando la importancia de iniciativas ecológicas colaborativas entre diferentes entidades y la comunidad científica.