El Gobierno de Estados Unidos sigue enfrentando una situación sin precedentes con el incremento dramático de migrantes latinoamericanos detenidos por intentar cruzar la frontera de manera ilegal.
En una marcada escalada de la crisis migratoria, miles de colombianos han sido protagonistas de detenciones por parte de las autoridades norteamericanas.
De hecho, diciembre de 2023 se registró como el segundo mes con más pico de retenciones a colombianos con casi 19.300, según información de los mandos migratorios reproducida por Noticias Caracol. Este fenómeno posicionó al cierre del año anterior como el periodo con la segunda mayor cifra en la historia reciente, únicamente superado por mayo de 2022, en el que se contabilizaron 19.862 detenciones.
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De tal manera, este aumento habría marcado una tendencia que ha encendido las alarmas de la gestión migratoria de Joe Biden, presidente de Estados Unidos. Pero también evidencia el afán creciente que tienen los migrantes para buscar un mejor futuro en el norte.
La seguridad froteriza se intensificaría
Al respecto, el presidente Biden, quien ha sido objeto de críticas por su gestión de la política migratoria, ahora ha expresado su disposición a tomar medidas extremas. Esto podría significar, incluso, el cierre de la frontera, para contener este flujo migratorio.
De hecho, ha sido noticia el hecho de que el mandatario estadounidense apeló al Congreso para que se apruebe una nueva legislación que endurezca las medidas contra la inmigración ilegal, y sugirió que “cerraría la frontera ahora mismo y la arreglaría rápidamente” si el proyecto de ley se convirtiera en realidad.
Mientras tanto, los oficiales de la Patrulla Fronteriza han buscado solicitar el apoyo del Congreso de Estados Unidos. No obstante, en caso de que las intenciones del presidente Biden llegan a proceder, se podría ver una pausa en las solicitudes de asilo y la facilitación de la expulsión de migrantes a México o a sus países de origen.
Es menester mencionar que los miles de colombianos que ingresaron de manera ilegal para luego ser protegidos por medidas legales nuevas o ampliadas bajo la protección de algunas entidades son solo un porcentaje del total de migrantes latinos. Según informes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, el mes de diciembre del año precedente registró una cifra alarmante de 249,785 detenciones.
Este índice representa un aumento del 31% en comparación con 191,112 detenciones de noviembre y un 13% más respecto al 222,018 del mismo mes del año anterior, anteriormente considerado uno de los máximos históricos.
La crisis migratoria no es un fenómeno aislado; durante el año fiscal 2023, se detuvieron a más de 167.000 colombianos intentando cruzar la frontera, en el contexto de un flujo mensual que alcanza cerca de 400.000 migrantes de diversas nacionalidades. La administración de Biden enfrenta el desafío de gestionar un sistema de asilo saturado, donde aquellos que cruzan ilegalmente sin cumplir con los requisitos para ser considerados para asilo, son expulsados. Si intentan reingresar, se enfrentan a sanciones severas, incluida la cárcel.
Aún así, el flujo de migrantes ilegales pendula entre picos y descensos. Por ejemplo, el periódico mexicano Proceso, en citación a la información de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza “Las detenciones disminuyeron más de la mitad durante las dos primeras semanas de enero”. Esto, en vista de las “tendencias históricas” como del fortalecimiento de las labores policiales.
Como resultado, las autoridades de la frontera han acudido al Congreso para que se aprueben mayores recursos de control, debido a que las medidas humanitarias permisivas han sido un punto de fricción entre la seguridad fronteriza y el Gobierno de Washington. Según informó el comisionado interino del CBP, Troy Miler, citado por El Periódico de México, a finales del 2023 debieron reasignar agentes en las fronteras de Texas, Arizona y California.
En un giro inesperado de los eventos, la propuesta legislativa de Biden casi logra un acuerdo bipartidista en el Congreso. Sin embargo, la nominación republicana de Donald Trump interrumpió el avance de las negociaciones en vista de una preferencia por legislaciones más estrictas.