Habitante de calle fingió ser secuestrado y torturado para que su familia le diera cincuenta mil pesos

Desde Sucre contactaron a las autoridades y ellas lograron su captura cuando fue a recoger el dinero a una oficina de giros en Medellín

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Un juez de de control
Un juez de de control de garantías dictó la medida de aseguramiento contra él y su cómplice - crédito montaje Inofbae

En Medellín, el Gaula de la Policía evitó que un habitante de calle y su cómplice se salieran con la suya luego de fingir un falso secuestro para que la familia del joven que, tras salir de Sincelejo, no volvió a tener un hogar, les enviara 50 mil pesos a cambio de respetar su vida e integridad.

Tras recibir videos en los que se mostraba, supuestamente, que estaba secuestrado y lo estaban torturando, en un garaje, no dudaron en girar el dinero para evitar que le “cortaran un brazo o los dedos de las mano”, como sugerían a través de amenazas.

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“Esta persona a través de un tercero llama a su familia, (la familia habita en la costa Atlántica) y les refiere que estaba secuestrado y que le estaban cobrando $50.000 para poder ser liberado”, lamentó Yiri Amado, fiscal de la seccional de Medellín, en diálogo con Noticias Caracol.

Sin embargo, ambos hombres fueron detenidos mientras reclamaban el dinero y puestos a disposición de un juez de control de garantías que, a pesar de escuchar su alegato, decidió enviarlos a prisión como medida preventiva.

Imagen de archivo de habitantes
Imagen de archivo de habitantes de calle en Bogotá - crédito Colprensa

Radiografía de población en condición de calle: esto dice el Dane

En 2020, Colombia llegó a contabilizar un total de 5.043 habitantes de calle, según reveló el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE). En un desglose por género, el 84,9% de estos individuos eran hombres, mientras que el 15,1% correspondía a mujeres.

La mayor concentración de esta población fue registrada en el departamento del Meta, seguido de cerca por Valle del Cauca, Risaralda, Cundinamarca y Antioquia. Este exhaustivo censo abarcó 283 municipios en 31 departamentos del país, poniendo en evidencia la extensa demografía y las diversas condiciones de vida de los habitantes de calle en el país.

El grupo etario más representativo dentro de esta comunidad es aquel comprendido entre los 25 y 39 años, y se encontró, además, que el 68,8 % de estas personas ha vivido en las calles por un periodo superior a cinco años.

Imagen de archivo del arzobispo
Imagen de archivo del arzobispo de Bogotá y primado de Colombia, monseñor Luis Jose Rueda Aparicio, que bendice la estatua "Jesús habitante de calle" en Bogotá (Colombia) - crédito Carlos Ortega

De igual forma, el 48,1 % de los encuestados indicó residir en un municipio distinto al de su nacimiento, lo que sugiere una significativa movilidad entre esta población, que, según la entidad genera preocupación pues casi cuatro de cada diez habitantes de calle no mantienen comunicación alguna con sus familiares, apuntando al aislamiento social como un grave problema dentro de este grupo.

En cuanto a la educación, el DANE reportó que la mayoría de los habitantes de calle posee cierto nivel de escolaridad, con un 80,5% afirmando saber leer y escribir. Sin embargo, solo un 6,6% logró culminar la secundaria, y un 3,5% ha alcanzado estudios de educación superior. Esto refleja las limitadas oportunidades a las que esta población tiene acceso, exacerbadas por las complejas circunstancias que enfrentan a diario.

La forma en que estas personas generan ingresos es igualmente diversa, con actividades que van desde la recolección de material reciclable hasta la mendicidad y limpieza de vidrios. El abuso de sustancias psicoactivas se posicionó como la principal causa detrás de esta realidad de vida, seguido por conflictos familiares y dificultades económicas. Entretanto, el consumo del bazuco es el más frecuente entre estas personas, seguido por la marihuana y el alcohol.

Este informe del DANE no solo arroja luz sobre la dimensión de la problemática de los habitantes de calle en Colombia, sino también sobre las complejas redes de causas y las difíciles condiciones de vida que enfrentan a diario. Al entender y visibilizar estos desafíos, se el Dane pretende trazar nuevas soluciones, más efectivas y compasivas, para reestablecer los derechos de esta población.

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