Hasta el 29 de enero de 2024 está vigente el primer cese al fuego bilateral que ha firmado el Ejército de Liberación Nacional (ELN) en su historia con el Gobierno nacional. A horas de que se venza el decreto, las partes continuaban discutiendo la posibilidad de prorrogarlo, mientras se conocían informes de violaciones y se mantenía la discusión.
El Ministerio de Defensa informó que concluyó la participación del ministro Iván Velásquez a la mesa de diálogos que se realiza en La Habana, Cuba. El alto funcionario había llegado a la isla dos días antes para ser parte de la evaluación de los primeros 180 días del cese al fuego, como parte de las discusiones para su prórroga.
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“Concluye exitosamente la visita del ministro de Defensa, Iván Velásquez, a la Mesa de Diálogos para la Paz entre el Gobierno Nacional y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), en La Habana, Cuba”, señaló la delegación del Gobierno nacional.
Sin embargo, se desconoce cuál sería el resultado de las conversaciones que, en caso de acordarse su extensión, requeriría de la firma de nuevos protocolos que incluyan las exigencias de ambas partes. Entre ellas, se contemplan la suspensión de secuestros con fines económicos y la creación de un observatorio sobre paramilitarismo.
La tregua vigente termina a las 24:00 horas del 29 de enero de 2024, según los plazos definidos en el decreto 117 de 2023, en el cual se estableció el cese al fuego a partir del 3 de agosto. En el mismo, se estableció que podría prorrogarse previa valoración de la Mesa de Diálogos de Paz de los informes del Mecanismo de Monitoreo y Verificación (MMV) y lo acordado por las partes.
Por esa razón, hay incertidumbre respecto a qué sucedería a partir del 30 de enero si no se define la prórroga en el último de vigencia del decreto. Además, tendría que expedirse uno nuevo, dictar los lineamientos a las fuerzas militares, así como los demás detalles necesarios para su cumplimiento.
El cese al fuego es clave para el futuro de la mesa de diálogos entre el Gobierno y el ELN. El avance en varios puntos alcanzados en los seis ciclos realizados dependen de la suspensión, como el proceso de participación de la sociedad civil, los alivios humanitarios y la atención de zonas críticas, así como el desarme y la suspensión del conflicto.
Mientras las partes discuten la prórroga en La Habana, también se conocieron cifras de cumplimiento del cese al fuego que han generado críticas políticas a la mesa. Según los datos del Gobierno, revelados por W Radio, se registraron 35 secuestros, 43 homicidios, 14 incursiones armadas, 12 confinamientos, 2 atentados terroristas y 2 hostigamientos (uno de los cuáles dejó un militar muerto.
Voces de la oposición reaccionaron a las cifras para oponerse a una prórroga. “Ceses al fuego solo benefician a los criminales”, señaló la senadora Paloma Valencia. “Muy grave la alerta que hace la Defensoría del Pueblo sobre el aumento de integrantes de las disidencias de Iván Mordisco y ELN. Estarían usando el cese al fuego para expandirse y mientras tanto el Presidente y el Ministro de Defensa rindiéndoles pleitesía”, sostuvo David Luna.
Las palabras de alias Antonio García
El comandante del ELN también se pronunció sobre el avance de los diálogos a través de una de sus columnas difundidas en redes sociales. Aunque dejó la decisión en manos de la delegación y el término del ciclo, lanzó duras críticas al comisionado de paz Otty Patiño.
“Nunca se dijo que no estuviera como tema en la Mesa, sino que “aún no se ha evaluado”, debemos esperar que termine el VI Ciclo y ahí veremos”, señaló García en una aclaración, debido a que un mensaje previo suyo fue entendido como una negativa a discutir la prórroga en el sexto ciclo.
En su texto, alias García aseguró que tanto Patiño como Danilo Rueda habían emprendido una guerra mediática para quitarle legitimidad a la guerrilla e ignorado su papel para crear condiciones políticas favorables a las posibilidades de paz con la insurgencia, citando un texto de Rafael Pardo.
“Por eso los enredos en que nos han metido, es una lástima”, aseguró el comandante del ELN. “Un proceso de desmovilización es muy distinto a un proceso de paz. El primero está claramente documentado en la historia de Colombia, para no hablar de otras latitudes. En dicho libro Rafael Pardo lo expresa con claridad cuando dice que se trata de cambiar las armas por participación legal de los guerrilleros en la política. Eso es lo esencial, lo demás son arandelas”, agregó.