En el territorio nacional los 32 departamentos del país se encuentran en alerta roja por los voraces incendios que han calcinado miles de hectáreas de vegetación. La situación es producto del fenómeno climático conocido como El Niño, un evento que se caracteriza por sequías y altas temperaturas.
Ahora puede seguirnos en nuestro WhatsApp Channel y en Google News.
El meteorólogo Max Henríquez Daza, que estuvo a cargo de la subdirección del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), reconocido periodista climático y miembro del World Wide Weather, habló con el equipo periodístico de Infobae Colombia y aclaró que este evento se repite entre cada 3 y 7 años.
De acuerdo con Henríquez El Niño es un fenómeno que consiste en el calentamiento de las aguas superficiales en el Océano Pacífico, específicamente en la zona tropical ecuatorial, entre las costas de Asia y América del Sur: “Este fenómeno oceánico-atmosférico se caracteriza por una variación en los patrones normales de los vientos alisios que soplan en esta franja ecuatorial, los cuales suelen dirigir las aguas superficiales del mar desde América del Sur hacia las costas asiáticas, generando una mayor elevación del nivel del mar en Asia en comparación con América del Sur”.
El reconocido meteorólogo explicó que el desplazamiento de las aguas cálidas hacia el este modifica las condiciones climáticas globales, influyendo en los patrones de lluvia y temperatura a nivel mundial.
“Durante El Niño se produce una disminución en la intensidad de los vientos alisios, lo que reduce la presión sobre el mar y permite que las aguas cálidas acumuladas cerca de las costas de Asia y Australia se redistribuyan hacia América del Sur”.
Así mismo el exsubdirector del Ideam y académico se pronunció sobre el evento climático que representa un incremento en las precipitaciones, llevando a un mayor riesgo de inundaciones y deslaves, el fenómeno de La Niña.
“El fenómeno de La Niña se caracteriza por un fortalecimiento de los vientos alisios, a diferencia de El Niño, donde estos vientos se debilitan. Esto resulta en un mayor arrastre de aguas frías hacia el este, desde el área de la Corriente de Humboldt (corriente oceánica costera del Pacífico oriental)”.
Henríquez Daza resaltó que al presentarse La Niña, los vientos alisios intensifica aún más la corriente de Humboldt, llevando mayores volúmenes de agua fría a la superficie del océano.
“Estas aguas frías se desplazan hacia el centro del océano, afectando las condiciones climáticas a nivel mundial, de forma opuesta a cómo lo hace El Niño, que involucra el desplazamiento de aguas cálidas desde Asia hacia América. Este cambio en la temperatura superficial del mar y en los patrones de viento altera significativamente las precipitaciones y temperaturas a nivel global”.
Respecto a lo que se avecinan en los próximos meses y la posibilidad de lluvia, Max Henríquez indicó, al igual que el Ideam, que durante febrero y marzo se extenderá la temporada de sequía a nivel nacional.
“Durante los meses de enero, febrero y marzo, se experimenta la temporada seca, caracterizada por una disminución notable en las precipitaciones. Este periodo, que es el más seco del año, afecta los ecosistemas al limitar el agua disponible para sostener ríos y otras fuentes acuíferas, cuyos caudales disminuyen significativamente o se vuelven mucho más escasos de lo habitual. Este déficit de lluvias suele coincidir con la influencia del fenómeno de El Niño”.
Para concluir Max Henríquez sugirió la fundación de un Instituto Nacional de Alertas en Colombia que consolide en un único sistema las alertas de variada índole, incluyendo las relacionadas con aumentos en los niveles de los ríos, lluvias, fenómenos como El Niño y La Niña, terremotos, erupciones volcánicas y tsunamis. El exsubdirector del Ideam recordó que los eventos climáticos son repetitivos por lo que el Estado debe preparar y adecuar bien las entidades encargadas de la gestión del control de riesgo.