Ser ambientalista en Colombia y el mundo no es una labor fácil, lamentablemente, las personas que se dedican a luchar por el cuidado de los ecosistemas han sido amenazadas y perseguidas por lo que su seguridad se ha visto afectada.
Uno de los activistas colombianos más reconocidos es el niño ambientalista Francisco Vera, que tuvo que salir del país después de sortear con amenazas de muerte a muy corta edad. Hoy, a sus 14 años, se ha convertido en una de las voces más fuertes en materia ambiental y lleva su mensaje al mundo.
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¿Cómo ha vivido Francisco fuera del país?
Francisco Vera: La verdad ha sido una oportunidad muy grata y grande para poder representar la voz de los niños dando ese mensaje de la ecoesperanza alrededor de todo el mundo en diferentes eventos internacionales de alto nivel como la COP, la semana regional del clima de América Latina y el Caribe, la Asamblea General, el foro de la Paz de París, la Cumbre de Jóvenes Defensores de Derechos humanos en Viena, entre otros.
Lo que estoy haciendo en ese sentido es luchando por la inclusión de la juventud y de la voz de los niños, que es una voz poderosa, que tiene mucho por decir y bastante energía para hacerlo, pero que es sumamente invisibilizada en los espacios de toma de decisiones tanto internacional, como local y nacional. Así que estamos haciendo la apuesta de que la COP 30 en Brasil sea la COP de los niños, pues en la historia de las cumbres del clima ha habido muy pocos avances alrededor de la juventud y en especial de la niñez.
Más de los 88 % de las enfermedades causadas por el cambio climático afectan a los niños menores de 5 años, o sea, son los más vulnerables, pero también son agentes de cambio y no tienen ninguna representación o muy poca por lo que estamos haciendo un esfuerzo para que la COP 30 sea para los niños.
¿Cuál es el mayor desafío de un ambientalista?
Francisco Vera: Depende de en donde porque hay contextos muy diferentes, por ejemplo, en Colombia es la seguridad. El hecho de que tú estés defendiendo tu territorio, defendiendo tus derechos que están siendo vulnerados y aun así tengas que exponerte a un riesgo.
Esto le pasa a cientos de defensores derechos humanos que son amenazados y hostigados, a mí mismo me ha pasado desde hace bastante tiempo: amenazas, un hostigamiento y persecución constantes.
Creo que eso a nivel latinoamericano es una preocupación y por eso es tan importante que se den espacios como el Acuerdo de Escazú que busca garantizar la seguridad a los defensores del territorio para que puedan ejercer su labor.
Proyectos de Francisco Vera
El niño ambientalista creó un movimiento llamado Guardianes por la vida el cual define como una organización integrada por más de 700 niños en todo el país y docentes comprometidos por amar cuidar y defender la vida.
Francisco Vera: El objetivo de Guardianes por la vida finalmente es cultivar y sembrar liderazgos que puedan sacar adelante la lucha por el medio ambiente y por el clima.
Respecto a proyectos puntuales, por ejemplo, tenemos la escuela de formación climática, ciudadana y ambiental, en donde formamos a más de 300 niños el año pasado. Tenemos una red con más de 16 escuelas en todo el país y la declaración del ecoesperanza, que está dirigida hacia la incidencia política.
La declaración la hemos entregado a diversas autoridades regionales, por una parte, a la ministra de Medio Ambiente de Brasil; al propio presidente Petro; a los ministros de Ambiente de República Dominicana; fuera de Latinoamérica al presidente Austria; a la asesora de Juventud del Gobierno egipcio; a la ministra de juventud de Emiratos Árabes Unidos y todo tipo de dirigentes que tiene la capacidad de transformar la inclusión de la juventud.
Estamos a punto de iniciar proyectos de literatura y medio ambiente, incluso, el año pasado fui seleccionado como uno de los premiados del Young Activists Summit, llevado a cabo en Ginebra en noviembre del año pasado. Ese premio nos permitía poder plantear un proyecto y decimos hacerlo junto con los Guardianes y está dirigido a la literatura ambiental y climática en los territorios de Colombia.
En términos ambientales tengo un proyecto muy grande para toda la región que está en proceso de formación; es para toda América Latina y el Caribe en educación en derechos humanos. Es una cosa que me apasiona bastante y de hecho es uno de mis sueños poder cumplirlo y continuar ejecutando todos los que antes mencioné.