En un alarmante incidente reportado el 13 de enero en Pereira, Katheryn Castroa fue víctima de una severa agresión física por parte de un hombre de 50 años de edad, al que anteriormente había conocido por Internet para servicios de compañía.
La denuncia, realizada a través de Fundación Plataformas, destaca el riesgo que enfrentan individuos en actividades vulnerables, amplificando la llamada a la acción para mejor protección de la Fundación Plataformas.
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Según Castro, la experiencia con el agresor había sido normal hasta su tercer encuentro, cuando el hombre, previamente considerado respetuoso, se mostró violento. Disfrazando su identidad con una gorra y un tapabocas, el sujeto aprovechó la confianza previamente establecida para amenazar y atacar físicamente a Castro en su propio apartamento, según narró a representantes de la Fundación Plataformas.
“Hace dos meses conocí a un señor que me escribió por una página para obtener mis servicios de compañía. La primera vez fue muy bien, muy respetuoso, la segunda vez también lo fue. La tercera vez él me escribió desde un número distinto, inclusive haciéndome entender que era la primera vez que él me visitaba. Yo no caí en cuenta sobre eso y ese día él llegó a mi apartamento”, sostuvo Castro en conversaciones con Nueva Crónica Quindío.
La situación escaló rápidamente cuando, tras un encuentro aparentemente normal, el hombre reveló un arma y amenazó la vida de Castro, llevando el incidente a una lucha por la supervivencia.
El forcejeo brutal, que incluyó intentos de ahogamiento y golpes graves, culminó con la intervención oportuna de la Policía que, alertada por los gritos de auxilio de Castro, logró detener al agresor en flagrancia. Carlos Arturo Pinzón, identificado como el atacante, fue detenido gracias a la evidencia de cámaras de seguridad que documentaban el ataque, proporcionando una cruda ilustración de la violencia enfrentada.
“Él se bañó y yo le pasé la toalla, en ese momento yo me metí en mi celular mientras él se vestía y me puse a ver un caso de maltrato de una chica que su pareja casi la mata y yo le dije a él, ‘pobrecita a esta chica lo que le pasó' y cuando volteo a mirarlo, él me está apuntando con un arma con silenciador. Yo no me había percatado que eso era un arma y pensé que me estaba bromeando. Él me dice que me va a matar porque no tiene con qué pagarme y yo le dije no pasa nada, ‘me pagas luego´”.
Eduardo Montoya Pérez, asesor externo de Fundación Plataformas, condenó el ataque y urgió a las autoridades, incluyendo la Fiscalía General de la Nación y la Policía Nacional, a adoptar medidas más rigorosas para garantizar la seguridad de Katheryn Castro, haciendo hincapié en la premeditación y la brutalidad del asalto perpetrado por Pinzón.
A pesar de la gravedad de los hechos, la reacción judicial ha sido cuestionada, ya que el agresor se encuentra bajo detención domiciliaria y enfrenta cargos que muchos consideran insuficientes ante la magnitud del intento de homicidio descrito. Según lo indicó Castro, hasta el momento las autoridades no se han comunicado con ella ni ha revelado en que va la investigación.
Este incidente pone de relieve la vulnerabilidad de las personas involucradas en el trabajo de compañía y la necesidad de una protección legal y social más robusta frente a la violencia. Además, señala la importancia de la vigilancia y medidas de seguridad personal, así como la intervención temprana de las autoridades para prevenir tragedias.
“Este hecho evidenció premeditación, seguimiento y también sevicia por parte del victimario hacia Katheryn. Hoy hacemos un llamado a la Fiscalía General de la Nación y a la Policía Nacional para que extremen todas las medidas necesarias para proteger la vida de Katheryn. Su agresor está en detención domiciliaria, lo que implica un mayor riesgo para la víctima. Peor aún, el ente investigador solo le imputó agresiones personales, cuando los hechos evidencian una tentativa de homicidio”, sostuvo Eduardo Montoya Pérez, asesor externo de Fundación Plataformas,