Julio Enrique Sánchez Vanegas, uno de los encargados de impulsar la radio y la televisión en Colombia en sus inicios, falleció en la tarde del viernes 26 de enero a los 93 años.
La noticia la dio su hijo, Julio Sánchez Cristo en sus redes sociales, dedicándole un mensaje póstumo. “Se fue mi héroe. Le debo todo y más… Ya desde el cielo, mañana desde cualquier lugar del mundo… ¡Hasta siempre adorado padre!”.
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Días atrás se había reportado que Sánchez Vanegas se encontraba en delicado estado de salud en una clínica de Bogotá, aunque no se dieron detalles acerca de la enfermedad que padecía.
Nacido el 19 de julio de 1930 en Guaduas (Cundinamarca), llegó a Bogotá cuando tenía 10 años y se hizo un lugar en la radio desde muy joven gracias a su voz inconfundible acompañando los boletines del reporter Esso de la emisora Nueva Granada, por el cual tuvo que tomar una capacitación en Nueva York, como recordó el propio Julio en una entrevista que concedió a El Tiempo en 2010.
Pero el verdadero cambio en su vida llegó en 1954. Ese año la televisión hizo su llegada a Colombia y el mandatario de entonces, el general Gustavo Rojas Pinilla, le pidió a Sánchez Vanegas que fuese el maestro de ceremonias para dar la bienvenida a dicha tecnología en el país. Curiosamente, fue por el propio mandatario que conoció a la que sería su esposa y madre de sus cuatro hijos, Lili Cristo.
Fue entonces cuando su voz y su propia imagen le abrieron las puertas de esta naciente industria de par en par, convirtiéndose en un pionero tanto en lo que se refiere a la formación de presentadores en Colombia, como en la faceta empresarial de los medios de comunicación.
Aprovechando ese impacto, decidió probar suerte en el cine mexicano, participando en los largometrajes El milagro de sal y Mares de pasión a la par que continuaba con su trabajo en la radio. A su regreso a Colombia decidió crear su propia productora, producciones JES, que a lo largo del siglo XX —y en especial desde que acordó una fusión con producciones Terra, la programadora de su amigo Otto Greiffestein— guio con el ejemplo en lo que se refiere a la manera de realizar formatos televisivos en el país.
Programas como Concéntrese o Espectaculares JES cimentaron su reputación como presentador y la popularidad de dos formatos muy distintos. Mientras el primero marcó la pauta en lo que se refiere a los concursos en televisión nacional, Espectaculares JES fue pionero en materia de programas musicales, recibiendo a figuras como Raphael, Julio Iglesias o Héctor Lavoe, y terminó inspirando a su mayor competidor en ese rubro durante años: el también presentador y empresario de medios Jorge Barón. “Jorge Barón era el asistente y después se vuelve programador”, recordó el presentador Jorge Alfredo Vargas en Noticias Caracol, haciendo referencia a la creación de El Show de las Estrellas.
Prueba del rápido crecimiento de la productora es que en 1970 se hicieron con los derechos para transmitir por primera vez la gala de los premios Oscar, y en especial alcanzó reconocimiento nacional por hacerse con los derechos de transmisión de Miss Universo, mismos que mantuvo durante 42 años. Fue durante estas transmisiones que popularizó la frase “Hoy desde (país desde donde transmitía), mañana desde cualquier lugar del mundo”, que no tardó en convertirse en una expresión de dominio popular.
Sánchez Vanegas fue el encargado de darle las primeras oportunidades en medios a sus hijos. De hecho, fue él quien le pidió a Julio Sánchez Cristo encargarse de la dirección de Panorama, magacín de farándula que se emitió entre 1985 y 2000. Este vio los primeros pasos de, entre otras, Ana María Trujillo, María José Barraza, Sofía Vergara, Angie Cepeda, Kathy Sáenz, o Isabella Santodomingo; siempre acompañadas de Otto Greiffenstein o del otro hijo del presidente de la productora, Jaime Sánchez Cristo.
A comienzos del siglo XXI la productora entró en liquidación debido a los cambios en los procesos de licitación de espacios en televisión que se dieron durante los años 90 y que afectaron negativamente su ritmo de trabajo. A pesar de ello, el impacto de Sánchez Vanegas en los medios (especialmente cuando esta tecnología daba sus primeros pasos) marcó un legado imborrable en la televisión colombiana.