Los incendios en Colombia no paran y la capital ha sido una de las principales afectadas. Varias emergencias se han registrado en los cerros orientales y en diferentes localidades, que han desmejorado la calidad del aire y han afectado varias hectáreas de vegetación. Ante la situación, Juan José Lafaurie, hijo de la senadora del Centro Democrático María Fernanda Cabal, solicitó al alcalde Carlos Fernando Galán hacerse cargo.
Sin embargo, su petición no se quedó ahí. Insistió en que se fije en la situación que se vive en el Parque Nacional, donde varias familias indígenas están asentadas. En el trino que publicó en X (antes Twitter), aseguró que la población que sobrevive en el parque está haciendo “guachafita”.
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“Alcalde @CarlosFGalan, después de controlar los incendios en los cerros, le insistimos en abordar el desastre ambiental y social en el Parque Nacional. Un mes ha pasado en su mandato y la guachafita con los indígenas persiste”, escribió Lafaurie en la red social.
Varios internautas compaginaron con su postura, asegurando que las familias indígenas deberían retornar a sus territorios, porque buscan “apoderarse” de las tierras bogotanas. Sin embargo, hubo otros usuarios que calificaron sus palabras como “clasistas”.
No obstante, esta no es la primera vez que Lafaurie se pronuncia con respecto a la problemática del parque Nacional: la primera semana de 2024, instó a Galán a detener la “invasión” y la “recocha” que, según él, están orquestando los indígenas en el lugar. Ahora, sin que haya terminado enero, cuestiona al alcalde por una aparente falta a atención y resultados al respecto.
Las condiciones precarias en las que viven los indígenas
Y, aunque el hijo de la congresista ha insistido en que la población indígena embera está causando caos en el parque Nacional a manera de “recocha”, integrantes han manifestado que decidieron asentarse en el lugar debido a que tuvieron que huir de la violencia en Chocó y Risaralda; han sido víctimas de desplazamiento. Llegaron a Bogotá en 2021 y, desde entonces, han ido y vuelto de sus territorios, porque, según aseguran, no han hallado seguridad ni garantías.
La capital cuenta con Unidades de Protección Integral (URI) en las que la población indígena ha podido resguardarse. Sin embargo, han denunciado que las condiciones de vida en esos espacios no son favorables, tanto así, que varias personas decidieron regresar al Parque Nacional.
Por eso, ahora sobreviven en cambuches improvisados, expuestos a los cambios del clima y a que su salud se vea deteriorada. “Se han presentado muchas enfermedades: vómito, diarrea, dolor de cabeza. Esta situación está muy difícil”, detalló un miembro de la población en conversación con Noticias Caracol.
El retorno de la población indígena al Parque Nacional ha generado inquietud por la cantidad de recursos que se han invertido para que las familias puedan volver a sus territorios, los cuales, han calificado como una “pérdida”. Sin embargo, el equipo de prensa de la directora de la Unidad para las Víctimas, Patricia Tobón, indicó a Infobae Colombia, en su momento, que es impreciso utilizar ese término.
Explicaron que los recursos, que podrían ser millones de pesos, han sido utilizados para comprar kits de hábitat, alimentos y para financiar el transporte de los indígenas a sus regiones. Sin embargo, muchos han manifestado querer quedarse en Bogotá o ser reubicados.
“Desde la Unidad somos conscientes que es posible que un porcentaje de la población regrese, pero la mayor parte, sobre todo de los que están en el parque, decidieron quedarse. Lo anterior, se ve reflejado en los cobros a la sostenibilidad y en el diálogo con las autoridades en el territorio”, precisó el equipo de prensa de la directora.