La tumba de Griselda Blanco, uno de los atractivos del “narcoturismo” junto a Pablo Escobar

El 25 de enero, Netflix estrenó Griselda, la historia de una de las primeras narcotraficantes de Colombia, señalada de ser la madrina de Pablo Escobar en este negocio y resaltada a nivel internacional por haber planeado secuestrar al hijo de Jhon F. Kennedy.

La producción, que tendrá participación de actores de múltiples nacionalidades, es protagonizada por Sofía Vergara, que dejó de lado su rol en las comedias norteamericanas para adentrarse en la vida de La viuda negra, sobrenombre que recibió Blanco por asesinar a dos de sus esposos.

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Oriunda de Cartagena, Griselda Blanco inició en el mundo delictivo cuando era una niña y lideraba una banda de carteristas; años más tarde, se convirtió en una de las únicas personas a las que Pablo Escobar les tenía respeto, siendo una de las creadoras del cartel de Medellín.

Con el respeto de los criminales en Colombia, se radicó en Estados Unidos, en donde protagonizó la primera guerra entre bandas delincuenciales por las zonas donde se vendía la droga, pero también incumplió una de las reglas de oro en el narcotráfico y se hizo adicta a la cocaína.

Fue capturada y sentenciada a 19 años de prisión en California, por lo que en una acción de desespero planeo secuestrar al hijo de Jhon F. Kennedy, pero fue delatada por Charles Cosby, el último de sus amantes del que se tuvo conocimiento.

En 2004 salió de prisión y fue deportada a Colombia, en donde durante varios años su paradero fue desconocido; además de que el reconocimiento del narcotráfico había sido enfocado en Pablo Escobar, a sus 61 años y tras varios años en el anonimato, se tenía poco conocimiento sobre su estado físico.

El 3 de septiembre de 2013, Griselda Blanco nuevamente fue noticia en el país, luego de que hombres en una moto le propinaron varios disparos en la carrera 76 #29-3 del barrio Belén en Medellín; uno de ellos fue en la cabeza y terminó con la vida exnarcotraficante.

Testigos del hecho afirmaron a El Tiempo que Blanco había bajado de su vehículo para ingresar a una carnicería cuando fue sorprendida por los sicarios; la única persona cercana a La viuda negra que estaba en el lugar era su exnuera, que estaba en estado de embarazo.

Su muerte sigue siendo un misterio, las autoridades investigaron su accionar en Medellín y todo indicaba que Blanco había dejado por completo el negocio del narcotráfico, por lo que se especuló que pudo haberse tratado de rencillas de su pasado; sin embargo, versiones contrarias a esto aseguran que la cartagenera era líder de una banda delincuencial y la disputa por una zona de la ciudad fue lo que hizo que fuera asesinada.

Desde la muerte de Pablo Escobar, el “narcoturismo” se registra de manera constante en Medellín, lo que se ha expandido con la presentación de películas, series y documentales sobre la vida del capo, haciendo que desde el exterior algunos turistas lleguen a la capital de Antioquia para visitar los lugares icónicos de la violencia en los 80 y 90 en Colombia.

Además de la Hacienda Nápoles, la casa en la que fue asesinado o los edificios que eran de su propiedad, la tumba de Pablo Escobar es uno de los sitios más visitados por las personas que buscan este tipo de turismo; haciendo del lugar en el que fue enterrada Griselda Blanco, otro espacio que frecuentan estas personas.

La tumba de La viuda negra está en el cementerio Jardines Montesacro, a pocos metros de la zona en la que están los restos de Pablo Escobar, y los guías turísticos muestran este espacio para contarle a los visitantes un poco sobre la vida de la madrina del mayor criminal que ha tenido Colombia.