La Personería de Bogotá lanzó una señal de alarma ante la distribución desequilibrada de las Unidades de Cuidado Intensivo Pediátrico (Ucip) en la ciudad, identificando notorias inequidades en la oferta que podrían impactar severamente en la salud de los más jóvenes en determinadas localidades, especialmente en las zonas suroccidente y sur.
Este órgano de control, tras un análisis detallado entre julio de 2022 y julio de 2023, advirtió que la disparidad en la oferta de los servicios de Ucip entre las distintas zonas de la capital puede tener serias implicaciones para la atención adecuada de emergencias pediátricas, en especial para aquellos casos que requieren atención intensiva. Los datos recopilados son contundentes: mientras que la zona norte alberga el 47% de la oferta, con 13 IPS que prestan estos servicios, la zona suroccidente cuenta con apenas el 1,86% de estas unidades en una IPS ubicada en la localidad de Kennedy.
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Estos números resaltan una innegable desproporción si se toma en cuenta que la zona suroccidente concentra el 31% de la población objetivo para estos servicios. A su vez, la zona sur, que representa el 20% de la demanda, dispone de un 9% de la oferta, estando también en una situación de desventaja en comparación con la zona centroriente, que dispone del 42,54% de la oferta en cinco IPS.
“Esta disparidad lleva a que se deba evaluar la posible redistribución de recursos para garantizar una atención equitativa y adecuada en todas las zonas de la ciudad. Las zonas más vulnerables de la ciudad cuentan con menores posibilidades de acceder a los servicios de Ucip y por sus condiciones socioeconómicas, esta población probablemente tiene mayor riesgo de contraer infecciones respiratorias agudas”, señaló el informe del ente de control.
El Hospital San Rafael, el Hospital Meissen y el Instituto Roosevelt, según el documento, atendieron el mayor número de pacientes con patologías respiratorias, siendo responsables del 52% de los egresos por estas condiciones. Este dato cobra relevancia al considerarse que en breve, niños y adolescentes retornarán a sus actividades académicas, aumentando potencialmente las afecciones respiratorias debido a la aglomeración y a factores ambientales, lo que pone en evidencia la necesidad crítica de una infraestructura de salud preparada y bien distribuida.
En el contexto de un inminente regreso a clases, junto con los cambios climáticos y los patrones epidemiológicos estacionales, la Personería enfatizó en la urgencia de mejorar la eficiencia en la liberación de este tipo de camas. Esto permitiría una mayor disponibilidad frente a un aumento repentino en la demanda y evitaría la saturación de los servicios pediátricos de urgencia.
Los hallazgos también incluyeron datos sobre los picos de ingreso hospitalario, que coinciden con los reportados por el Ministerio de Salud y la Secretaría Distrital de Salud durante septiembre y noviembre de 2022, y mayo y junio de 2023, períodos correspondientes a incrementos de enfermedades respiratorias en la población infantil.
Ante esta situación, la Personería instó a evaluar los procedimientos administrativos que ralentizan el alta hospitalaria con el fin de optimizar la ocupación de camas en las Ucip. Esta recomendación no solo busca una mejor distribución de los recursos, sino que también apunta a una gestión más ágil y eficaz que posibilite una atención más efectiva a los pacientes en momentos críticos.
Finalmente, hizo un llamado imperativo para que las autoridades correspondientes tomen acciones que garanticen una atención en salud más justa y equitativa. “El derecho a la salud de los niños, niñas y adolescentes de la capital depende de la capacidad para proporcionar servicios de atención crítica de manera uniforme y que responda a las necesidades específicas de cada zona de Bogotá”, concluyó.