El Ministerio de Hacienda suscitó un intenso debate al vincular el alza de la inflación con las ganancias empresariales durante 2021 y 2022; sin embargo, el Centro de Estudios Económicos Anif contradijo esta teoría, apuntando a una metodología inadecuada para analizar causas y efectos en la inflación.
Anif recalca en la necesidad de tener mucha rigurosidad en dichos análisis económicos con el fin evitar que se presente malentendidos dentro del sector económico.
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Esta entidad publica en su reporte el desglose de las limitaciones de la metodología que usó el Ministerio, argumentando que el aumento en los márgenes de ganancia no necesariamente conduce a un incremento de la inflación. Así mismo se subraya que, a pesar de las mayores utilidades, no se observa una reducción en el gasto de los hogares, el cual se mantiene por encima de los niveles pre-pandémicos.
“Vale la pena mencionar que para que las utilidades empresariales sean la fuente de un choque inflacionario, se requiere que el margen de ganancias de las compañías aumente por alguna razón. El margen de ganancia es, en términos simples, la diferencia entre los costos de producción y el precio de los bienes y servicios que las empresas ofrecen”, se observa en el análisis.
Además, algunos especialistas en Fedesarrollo señalan que la cartera de Hacienda y Crédito Público se basa en un enfoque del Fondo Monetario Internacional (FMI) todavía no validado por revisión de pares.
El informe de Anif también resalta que las conclusiones del Ministerio de Hacienda deben revisarse aún ignorando las críticas metodológicas, ya que otros factores como salarios, impuestos y el ingreso mixto, muestran mayor influencia en la inflación, medida con la fluctuación del Producto Interno Bruto (PIB).
“Como han señalado varios académicos, la metodología utilizada por el Ministerio de Hacienda pretende mostrar los márgenes de ganancias de las empresas con base en cifras de cuentas nacionales y un cálculo que relaciona las utilidades empresariales con la variación del deflactor del PIB. Dicha inferencia sólo es válida bajo unas condiciones bastante específicas y puede conducir a conclusiones equivocadas”, agrega Anif en su reporte.
Por su parte, en el análisis de aumento de los costos de producción, se muestra que cuando los insumos aparte de la mano de obra se encarecen, el beneficio económico relativo también se eleva, potenciando este efecto en sectores como agricultura y energía.
La polémica suscitada por la relación entre inflación y ganancias corporativas refleja la complejidad de interpretar y reaccionar ante los choques económicos.
“Entendiendo esta crítica, no sorprende entonces que, con base en los cálculos del Ministerio, aparezcan los sectores de agricultura, minas y energía, gas y agua, como aquellos donde las utilidades han aumentado más en proporción a su valor agregado. Nuevamente, cuando los precios de los insumos diferentes a la mano de obra aumentan, la utilidad del sector - o de la economía como un todo- en proporción a su valor agregado también se incrementa”, resalta el Centro de Estudios Económicos Anif en el informe.
El estudio también desafía la narrativa de la cartera de Hacienda y promueve una comprensión más matizada de las dinámicas inflacionarias. El debate en torno a la interpretación correcta de los factores inflacionarios permanece abierto, destacando la necesidad de análisis detallados y teorías económicas robustas.
Anif alerta sobre posible desaceleración económica en Colombia
José Ignacio López, presidente de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif), advirtió sobre un posible crecimiento económico lento en Colombia durante el primer trimestre de 2024. Esta proyección se debe a la reciente desaceleración observada en 2023, con un aumento de apenas el 3% durante el mismo periodo, según reportes del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane).
Según el directivo, este pronóstico se fundamenta en la disminución de actividad en sectores clave como la infraestructura, el mercado inmobiliario y la industria automotriz. López precisó que estas áreas muestran ya señales de retroceso comparables con los últimos diez años, destacando que el sector de la infraestructura, particularmente, sufrió una contracción del 15% hacia el tercer trimestre y podría continuar en un 14%.
Anif señala que los retos para atraer inversión al país contribuyen a un escenario económico incierto para 2024, que se avizora como un año de transición. La capacidad del actual gobierno para diferenciar entre factores coyunturales y estructurales en su estrategia económica es vital para el panorama de inversión en Colombia.
De acuerdo con López, la dirección que tomen las reformas económicas serán determinantes para la evolución de la economía nacional y para entender la caída en la inversión relacionada con las altas tasas de interés.
Por ahora, se espera que el entorno en el que se desenvuelva la inversión se mantenga complejo, lo que significaría un 2024 lleno de cambios y decisiones importantes para alinear los factores económicos con un sólido desarrollo a futuro. Las predicciones y análisis de Anif apuntan a un proceso de ajuste que requerirá seguimiento continuo para adaptarse a un contexto en continua evolución.