Hostigamiento policial en Cumbitara, Nariño, por parte de exintegrantes de las Farc

Elementos armados del grupo disidente irrumpieron en la estación de Policía local, lo que desencadenó un tenso enfrentamiento que quedó registrado visualmente

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Disidentes de las Farc intimidaron policías en Nariño - crédito Ernesto Guzmán/EFE
Disidentes de las Farc intimidaron policías en Nariño - crédito Ernesto Guzmán/EFE

Un grupo de al menos veinte disidentes de las Farc hizo presencia en el municipio de Cumbitara, Nariño, el 22 de enero, portando armamento con el objetivo de intimidar a los miembros de la estación de Policía local. Los individuos armados se identificaron como pertenecientes a la estructura ‘Franco Benavides’, vinculada al Estado Mayor Central de alias ‘Iván Mordisco’.

Durante el suceso, que tuvo lugar aproximadamente al mediodía, los disidentes afirmaron tener el control del área, según los testimonios recabados por las autoridades. La estructura ‘Franco Benavides’, conocida por su accionar en la región del Pacífico colombiano, representa un remanente de lo que fue la guerrilla de las Farc antes de la firma del acuerdo de paz. Las implicaciones de este acto generaron alarma entre los pobladores de Cumbitara, debido a la muestra explícita de fuerza y la posible alteración del orden público.

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El incidente ocurrió mientras los sujetos se desplazaban en motos DR 250, evidenciando la compleja situación de seguridad que se vive en ciertas zonas del país.

A través de su cuenta de X, la senadora María Fernanda Cabal compartió un video en el que disidentes estarían hostigando policías - crédito @MariaFdaCabal/X

La tensión se incrementa mientras se avecina el nuevo ciclo de diálogos de paz, pautado para marzo de este año, y tras la conclusión del tercer ciclo de negociaciones en Bogotá durante enero de 2024. Estos eventos subrayan la importancia de los acuerdos de paz en consolidar la estabilidad y la seguridad en regiones afectadas por el conflicto armado.

Lo ocurrido en Cumbitara refleja los retos de seguridad que enfrenta Colombia en áreas donde disidencias de las FARC pretenden ejercer influencia. Tras este incidente, las autoridades locales y nacionales han manifestado su compromiso para reforzar la seguridad en la zona y garantizar la integridad de sus habitantes. La Policía nacional y las Fuerzas militares se encuentran en alerta con el fin de responder ante cualquier nueva manifestación de violencia por parte de estos grupos.

Este hecho se suma a una serie de eventos que han puesto en evidencia la difícil tarea de consolidar la paz en regiones afectadas por el conflicto armado. Los esfuerzos del gobierno para implementar los acuerdos firmados en La Habana continúan siendo un punto focal en la agenda política del país.

El avance de los diálogos

En los últimos meses, la presencia de grupos armados y su influencia territorial ha sido un asunto crítico que desafía los esfuerzos del Gobierno por mantener la paz y el orden en áreas antes controladas por las FARC. El diálogo con la facción disidente, a cargo de ‘Iván Mordisco’, ha sido esencial en los esfuerzos por pacificar el país tras un acuerdo de paz inicial que busca integrar a excombatientes a la vida civil y garantizar la seguridad de las comunidades afectadas.

Los disidentes de Nariño se identificaron como miembros del frente Franco Benavides del EMC de Iván Mordisco - crédito Mario Quintero/Reuters
Los disidentes de Nariño se identificaron como miembros del frente Franco Benavides del EMC de Iván Mordisco - crédito Mario Quintero/Reuters

Además de los encuentros en Bogotá, se han llevado a cabo esfuerzos diplomáticos y de mediación por parte de actores internacionales para solidificar los avances en el proceso de paz. Sin embargo, estos hechos más recientes ponen de relevancia la fragilidad de dicho proceso y la necesidad de una estrategia sostenida y consolidada que aborde la violencia y la ilegalidad de ciertos grupos.

Los analistas señalan que el éxito de las futuras negociaciones dependerá en gran medida de la voluntad política tanto del Gobierno como de las disidencias, y en la capacidad de estos para cumplir y hacer cumplir los acuerdos en términos de cese al fuego y dejación de armas.

El reloj corre hacia la próxima ronda de diálogos, y los episodios de violencia como el expuesto plantean un desafío adicional en el camino hacia una paz duradera y efectiva. El pueblo colombiano sigue con expectativa los avances y retrocesos en este proceso, en busca de un país donde la seguridad y la tranquilidad sean una realidad para todos.

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