El Ministerio de Hacienda y Crédito Público reveló datos relevantes sobre la ejecución del Presupuesto General de la Nación (PGN) de 2023. En las cifras, destaca que solo se utilizó el 87,3% de los fondos proyectados, lo que equivale aproximadamente a $369,6 billones, de un total estimado en $423,2 billones.
Este grado de ejecución presupuestal es motivo de preocupación entre los analistas, quienes sostienen urgente la necesidad de una inyección de capital en la economía nacional.
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La estructura del gasto del PGN evidencia que el 61,6% se destinó a gastos de funcionamiento; el 19,7% a inversión y el 18,5% al servicio de la deuda pública. El Ministerio de Hacienda indicó que se comprometieron 405,6 billones (87,6%) corresponde a obligaciones, y se concretaron pagos por $369,6 billones (87,3%).
El análisis detalla que existe un rezago presupuestal heredado del año anterior, cuyo monto asciende a $28,3billones.
Es importante mencionar que estas cifras representan reservas presupuestales y cuentas por pagar que deberían ser saldadas durante el presente año, de las cuales se han pagado ya 27,6 billones (97,4%).
La situación actual del Presupuesto General de la Nación resalta la discrepancia entre el presupuesto comprometido y el efectivamente inyectado en la economía, evento que podría tener implicancias en las estrategias de financiamiento del país. Estos indicadores presupuestales sirven como termómetro de la situación económica, y su análisis resulta fundamental para evaluar la gestión gubernamental en términos de distribución y eficacia del gasto público.
Los resultados del manejo del PGN sugieren retos significativos para las autoridades fiscales, quienes deben encarar la optimización de los recursos y la respuesta a los deberes financieros del estado, todo esto en consonancia con el bienestar colectivo y el desarrollo sostenible de la nación.
Ejecución muy mala
Frente a esto, el exministro de Hacienda José Manuel Restrepo, rector de la Universidad EIA, aseguró que el nivel de ejecución es muy malo. Incluso, aseveró que es “el peor en una década”.
“Mejorar la capacidad de ejecución del Gobierno nacional tiene que ser la prioridad para prender uno de los más importantes motores de crecimiento de Colombia. Aquí hay un instrumento, en el que mejorando la capacidad de gestión, podemos utilizar para recuperar la senda de crecimiento del país”, afirmó.
Señaló que se necesita de manera “urgente”.
La “chambonada” del Presupuesto General de 2024
El Presupuesto General de la Nación (PGN) que ejecutará el Gobierno de Gustavo Petro está por el orden de los $502,6 billones, cifra 18,9% superior al PGN 2023 ($422,8 billones). Los recursos se gastarán en funcionamiento ($310 billones), servicio de deuda ($95 billones) e inversión ($24,1 billones).
Esto, luego de una polémica aprobación en el Congreso de la República, ya que no se sabe con claridad de dónde saldrán algunos recursos.
Después de varios meses de aprobado y con el 2024 en curso, el economista y administrador Martín Jaramillo, director del Centro de Gerencia y Empresa de la Universidad EAFIT, hizo una fuerte crítica al respecto.
Por medio de X (antes Twitter) hizo un riguroso análisis en el que concluyó que “el Presupuesto General de la Nación de $503 billones es una chambonada monumental que va a terminar por romper la regla fiscal, si no se recorta de manera urgente”.
En este dio a conocer tres puntos preocupantes. Son los siguientes:
1. No se van a recaudar $15 billones de litigios, como han señalado varias instituciones independientes. La inclusión del recaudo incierto en el PNG va en contravía de buenas prácticas internacionales de transparencia presupuestal.
Para él, la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian) hizo mal en ofrecerlo y peor estuvo el Ministerio de Hacienda por incluirlo.
2. Una tercera parte de la reforma tributaria (la Corte Constitucional tumbó la prohibición de deducir regalías a petroleras) se cayó por errores técnicos graves que fueron advertidos hasta la saciedad por diferentes instituciones expertas (Econometría, Fedesarrollo, Carf).
Al respecto, dijo que la defensa del Ministerio de Hacienda, de la Dian y del Ministerio de Justicia en la Corte Constitucional fue una vergüenza.
3. El presupuesto ni se está gastando eficientemente, ni equitativamente, y ni siquiera políticamente conveniente.
Contratos a amigos
Sobre esto, dijo que quemar plata subsidiando peajes, pagando litigios innecesarios y enchufando amigos con contratos de prestación de servicios (OPS), como sucede en el Ministerio del Deporte, es un despropósito.
“No creo que la historia sea benevolente con un Ministerio de Hacienda pasivo y dócil ante reformas laborales, pensionales y de salud nocivas para la economía, las finanzas públicas y el bienestar de los más pobres”, advirtió.
Eso sí, según él, de lo que no hay duda es que le van a cobrar los desequilibrios fiscales.
