El 22 de enero de 2014 fue un día bastante triste para todos los seguidores del delantero colombiano Radamel Falcao García a nivel nacional e internacional. Para aquella fecha, el atacante, que ya vestía los colores del Monaco francés, fue alineado como titular en un partido sin mayor trascendencia válido por la copa local, a escasos seis meses de que se disputara el mundial de Brasil 2014.
Como de costumbre, el atacante samario saltó a la cancha del estadio del Chasselay, club de la cuarta división del fútbol francés, con la intención de darlo todo en el terreno de juego. De hecho, el Tigre marcó el primer gol de su equipo, sin embargo, cuando corría el minuto 39 de la primera parte, el colombiano recibió un balón en el área rival pocos segundos antes de que Soner Ertek, un modesto futbolista semiprofesional que además dictaba clases de geografía, se barrió sobre la pierna izquierda del delantero.
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Inmediatamente, el exAtlético de Madrid, que había llegado al Mónaco como una de las grandes figuras de la liga francesa, hizo muestras de dolor y no era para menos. Una vez concluido el partido, que terminó 0-3 a favor de los dirigidos por Claudio Ranieri en aquella oportunidad, los médicos dieron la peor noticia para el atacante, así como para un país que anhelaba ver al Tigre en el Mundial de Brasil 2014, torneo que el seleccionado colombiano no disputaba hacía 16 años.
El dictamen oficial fue rotura de ligamento cruzado anterior, una lesión que normalmente toma alrededor de seis o siete meses de recuperación y que, debido a la fecha en la que se registró la molestia, terminó dejando por fuera de la convocatoria al samario.
La situación generó mucha tristeza en Colombia para aquella oportunidad, teniendo en cuenta, entre múltiples factores, que Falcao era el jugador más destacado del seleccionado encabezado por José Néstor Pekerman en aquel entonces. De hecho, el samario había sido fundamental para que la Tricolor se clasificara para ese certamen.
En la retina del hincha aún está aquel partido del 11 de octubre de 2013 disputado en el estadio Metropolitano de Barranquilla. Ese día, el seleccionado colombiano se midió con Chile en un duelo en el que tan solo bastaba un empate para que la Tricolor obtuviera su pasaje directo a la cita orbital de Brasil 2014.
Como una sorpresa, el conjunto austral se fue 0-3 arriba al entretiempo, un resultado que conmocionó a los presentes en el máximo escenario deportivo de los barranquilleros, así como a los colombianos que seguían el partido desde diferentes puntos del país. Sin embargo, en medio de un envión anímico, los dirigidos por Pekerman igualaron las acciones, consiguiendo su pase para la Copa del Mundo.
Falcao, referente en el ataque de Colombia, se vistió de héroe y anotó el segundo, así como el tercer tanto de su equipo desde el punto penal, sellando así una jornada histórica para el deporte nacional, que vio reflejado en el samario una de las más grandes gestas del fútbol de ese país.
No obstante, dicha euforia se apagaría pocos meses después tras confirmarse la lesión del Tigre.
A pesar de que en todo el país se llevaron a cabo campañas en apoyo a Falcao, anhelando que el delantero pudiera llegar en óptimas condiciones a la cita mundialista, fue el mismo José Néstor Pekerman que, en una rueda de prensa pocos días antes de que comenzara el torneo, confirmó que el samario no sería parte de la convocatoria definitiva.
Así las cosas, el entonces atacante del Mónaco presenció desde la tribuna la actuación de la selección Colombia que consiguió, de la mano de James Rodríguez, su mejor participación en un torneo de tal magnitud llegando hasta los cuartos de final.