El ministro de Salud, Guillermo Jaramillo, armó un revuelo al proponer una nueva reforma tributaria para financiar la reforma a la salud que plantea el Gobierno de Gustavo Petro y que, tras ser aprobada en la Cámara de Representantes, tendrá debates en el Senado de la República a partir del 16 de febrero.
El funcionario indicó que se necesitan cerca de $92,2 billones para la ejecución de esta en 2024, monto que está por encima de lo presupuestado, por lo que urge una reforma de tipo tributario, en la que los empresarios sean quienes hagan mayores aportes al sistema.
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“Hagamos la reforma tributaria y que los empresarios paguen la plata que dejaron de pagar”, fue la polémica frase que soltó en principio en una audiencia pública en salud en la Universidad Industrial de Santander (UIS).
Además, aseveró que “los que más tienen, más ponen y conseguimos el problema si es de dinero. Y hacemos una reforma justa y equitativa. No tenemos más dinero, no hay gobierno que no haya hecho un esfuerzo más grande”.
Al respecto, una de las personalidades del país que reaccionó fue el exministro de Defensa Gabriel Silva Luján. El también politólogo y economista dijo a Infobae Colombia que la reforma tributaria que está presentando el Gobierno es el reconocimiento de que todos sus políticas están desfinanciadas.
“La reforma a la salud, la reforma laboral y la reforma pensional no tienen los recursos fiscales necesarios hoy en día para poder cumplir con sus propósitos. Es un reconocimiento de que no tienen un marco fiscal adecuado, es decir, que le han metido al país”, dijo tras participar del Gran Foro Colombia 2024, organizado por Semana.
No hay viabilidad
Señaló que esta reforma no es viable, porque el país está entrando en una recesión, que ya está confirmada, y una reforma tributaria lo llevaría al país a un estancamiento aún peor.
Para el exfuncionario, sorprende que el “Gobierno del Cambio”, que supuestamente tiene sensibilidad a los temas más graves de la vulnerabilidad social, no entienda que una reforma tributaria en este momento significa desempleo y pobreza.
“Es muy preocupante, porque demuestra que hemos sido manejados en la parte de la política económica de una manera errática. Se nos prometió, primero, que no iba a haber reformas tributarias y, después, con la anterior que sí se hizo, que iba a ser suficiente. Y, además, ahora lo peor de todo es que el Gobierno pide plata sin saber gastarla”, manifestó.
Precisó que la ejecución presupuestal de este país está en el 30%, es decir, tienen la plata guardada en los bancos y quieren más plata, lo que es algo incomprensible.
Concepto fiscal de cada reforma
De paso, criticó que en cada reforma que se presentó se le dijo al Congreso de la República que se tenía concepto fiscal y por eso este las votó.
Como ejemplo, dijo que en el caso de la Cámara de Representantes, a esta se le dijo que la reforma a la salud estaba financiada, que no había que preocuparse, pero lo que ha surgido, claramente, es lo que reconoció el ministro de Salud, Guillermo Jaramillo, de una manera un poco alegre y grosera, que necesita una reforma tributaria para hacer la reforma de la salud y eso es imposible.
Acuerdo nacional con los “cacaos” empresariales
También rechazó la reunión que tuvo Gustavo Petro con los grandes “cacaos” del empresariado colombiano en Cartagena, entre los que estuvieron Luis Carlos Sarmiento Angulo y Alejandro Santo Domingo.
Apuntó que no se puede llamar Acuerdo Nacional a la reunión que tuvo el mandatario, que supuestamente es un hombre democrático, que convoca al pueblo en general, con ocho o diez personas, todas ellas prestantes y que han construido muchísimo al país.
“Eso no se puede llamar un Acuerdo Nacional. Se trata de una maniobra para conseguir unos respaldos que el presidente necesita, nada más que eso”, finalizó Gabriel Silva Luján.