Exdirector de cárcel La Modelo reveló cómo desaparecían cuerpos en el interior del centro penitenciario

El exfuncionario William Gacharná Castro aseguró que sabía de los crímenes que se cometían, pero no hizo “nada”

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Algunos túneles que se construían
Algunos túneles que se construían en La Modelo eran para la fuga de presos; otros, para enterrar cadáveres - crédito - Álvaro Tavera/Colprensa

El exdirector de la cárcel La Modelo de Bogotá, William Gacharná Castro, reveló ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) detalles de cómo operaban los paramilitares dentro del centro penitenciario que alguna vez dirigió. Sus declaraciones, conocidas por W Radio, fueron permitidas luego de que la JEP aceptara su sometimiento en diciembre de 2023, el cual había solicitado más de cuatro años antes.

Un gran compilado de delitos se registró en La Modelo entre 1999 y 2003, aproximadamente. Hubo homicidios, masacres, secuestros, extorsiones, ingreso de armas y desapariciones forzadas. De acuerdo con Gacharná, que fungió como subdirector entre febrero y noviembre de 1999 y como director, entre abril y julio de 2001, estuvo enterado de los crímenes que se cometían al interior del centro carcelario, pero no hizo “nada”.

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Ante la JEP confesó que la cárcel, al parecer, tuvo fosas comunes, algunas de las cuales todavía permanecen ocultas, con cuerpos de personas desaparecidas y desmembradas. “Estoy más que convencido. Nuestro control era mínimo. Ellos tenían muchas áreas para poder operar, el área de terreno de La Modelo es bastante extensa (sic). Imposible que nosotros, guardianes, hubiéramos podido capturar todos los túneles que ellos fabricaban”, precisó el exfuncionario, de acuerdo con W Radio.

Así desaparecían los cuerpos

Gacharná precisó que, aunque algunos de los túneles del centro penitenciario fueron construidos para la fuga de presos, otros terminaron convirtiéndose en cementerios clandestinos. Además, detalló la manera en que se deshacían de los cuerpos de quienes eran asesinados.

En La Modelo, algunos de
En La Modelo, algunos de los cuerpos eran desaparecidos en ácido clorhídrico - crédito Reuters

Se hablaba de que a las personas las desaparecían en ácido clorhídrico, de que a las personas las cocinaban en las marmitas del rancho, unas ollas de vapor inmensas que hay para la preparación de las comidas, hasta que se deshicieran”, precisó el exdirector ante la JEP.

El flagelo de la desaparición forzada en La Modelo se vio exacerbado por la falta de conocimiento del número de presos que había. En vista de que no se contaba con un listado actualizado de los privados de la libertad, en algunas ocasiones, los funcionarios tenían que buscar a los reos por el centro penitenciario.

Esto pasaba porque había diligencias judiciales a las que los presos nunca llegaban. Entonces, surgían diferentes explicaciones: que se fugó, que murió intentando cruzar un túnel o que lo habían desaparecido. “Lastimosamente, yo reconozco, no hacíamos nada”, aseveró el exfuncionario.

De acuerdo con el medio citado, para entonces, incluso, funcionaba una microempresa de todo tipo de embutidos, como salchichones, que era promovida por los paramilitares y que, supuestamente, comercializaba carne humana en sus productos.

Bajo el control de los paramilitares

Juan de Jesús Pimiento, alias
Juan de Jesús Pimiento, alias Juancho Diablo, al parecer, era uno de los paramilitares que lideraba en La Modelo - crédito Carlos Villalon/Europa Press

William Gacharná aceptó también que recibía sobornos de hasta tres millones de pesos por permitir, de manera indirecta, el ingreso de armas al centro carcelario. Asimismo, al parecer, también estuvo relacionado con el paramilitar de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) Juan de Jesús Pimiento, alias Juancho Diablo, que tenía mucho poder en La Modelo. De hecho, según relató el exdirector, el criminal fue la persona responsable de dar luz verde a su designación como director de la cárcel y de otros funcionarios.

Según las revelaciones de W Radio, había reglas implantadas en el centro penitenciario, bajo el control de los paramilitares: las requisas solo se hacían en el primer piso, por lo que en el resto y los patios de la cárcel, no había normas. En algunos de los patios, guerrilleros marchaban y entrenaban, sin ningún problema.

“Por un lado, nunca ahondé en ese tipo de investigaciones e, internamente, me blindé con las explicaciones que daba el mismo Inpec, la Policía y la Fiscalía. (sic) No hubo operaciones del allanamiento desde el 97 hasta abril de 2000″, reveló Gacharná ante la JEP.

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