En la mañana del 22 de enero se ocasionó una impactante emergencia ambiental en la vereda Guachimán, que se encuentra ubicada en el municipio de Tibú, en Norte de Santander, por causa de la instalación de válvulas en el oleoducto Caño Limón Coveñas, lo cual terminó en un derrame de crudo.
Al parecer, estas fueron ubicadas por manos criminales, por lo que las autoridades ambientales y locales se encuentran en alerta con el fin de evitar peores afectaciones en zona rural de esta población, así que se está avanzando en la instalación de barreras de contención que permitan amortiguar la tragedia.
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Hasta el momento, no se tiene mayor información sobre los criminales que pudieron haber cometido este hecho en contra de la estructura, teniendo en cuenta que en este punto del país es común que los grupos armados que operan en la zona se dediquen a la extracción de crudo desde las tuberías e instalaciones que transportan petróleo y sus derivados.
Lamentablemente, por medio de estas acciones, los criminales terminan por afectar la capa vegetal y contaminar las fuentes de agua cercanas al oleoducto afectado, por lo que se inició un plan de emergencia desde la Oficina de Gestión de Riesgo de Tibú, el cual pretende contener la emergencia reportada al mediodía de este lunes.
Cabe mencionar que este violento acto se presentó a 10 kilómetros de la bocatoma del acueducto que abastece al municipio, lo que genera alertas por una posible suspensión del servicio. Aunque, hasta el momento, las autoridades no han contemplado esta posibilidad, puesto que se está avanzando en las labores de limpieza en la zona afectada, están en alerta ante el muestreo que realiza la compañía de abastecimiento de agua.
Al tener un impacto directo en el suministro de agua, las autoridades hacen un llamado a la ciudadanía para que se haga un uso consciente del servicio y evitar quemas en las zonas rurales, puesto que esto podría agravar la emergencia ambiental.
Ataques constantes al oleoducto Caño Limón Coveñas
A lo largo de la historia se han perpetrado una gran cantidad de ataques al oleoducto Caño Limón Coveñas, los cuales se atribuyen a los grupos criminales que se movilizan por el territorio y pretenden robar petróleo o combustible, con lo cual logran desestabilizar la región y generar temor en la población.
Sin embargo, uno de los puntos que más llama la atención a raíz de estos ataques a la infraestructura petrolera está directamente relacionado con los desastres ambientales que terminan por afectar la vida de los pobladores de la zona y, del mismo modo, tienen un impacto en el avance económico de las comunidades cercanas.
Consecuencias ambientales
En zonas rurales, un derrame de crudo puede tener graves consecuencias para el ecosistema y los habitantes de la zona, debido a que en el momento en el que el petróleo penetra en el suelo, puede contaminar las fuentes de agua subterránea y reducir la fertilidad de la tierra, afectando la agricultura y la ganadería.
Incluso, la flora y la fauna también se ven perjudicadas, porque se han conocido casos en los cuales se ocasiona la muerte de especies locales, así que por esta y muchas más razones, las autoridades ambientales tienen trazado un plan que se sigue en el momento en el que ocurren estos violentos ataques.
Sin embargo, se espera que se tomen acciones concretas que tengan que ver con la vigilancia de la infraestructura para así evitar que estos actos en contra de la comunidad y el medio ambiente continúen afectando a la población.