Pese al estado de los embalses, Bogotá no tendrá problemas de desabastecimiento de agua

El fenómeno de El Niño, un evento climático en el que la temperatura aumenta, ha tenido diversas consecuencias en el país debido a la falta de agua que afectan los precios de alimentos, aumentan los incendios forestales y reducen los niveles de agua en los diferentes embalses del territorio nacional.

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El gerente corporativo del Acueducto de Bogotá, Diego Montero, aseguró que la empresa puede soportar las consecuencias de las altas temperaturas, pero sí necesita del compromiso de los habitantes de la capital para que usen de manera correcta el agua:

“Aún cuando la empresa Acueducto tiene la capacidad de soportar este fenómeno, sí necesitamos que la ciudadanía nos apoye con acciones sencillas para ahorrar agua, tales como hacer duchas cortas, no usar mangueras en el lavado de vehículos o algún otro tipo de implementos y tercero, revisar que no haya fugas en nuestras instalaciones hidráulicas en los baños”.

Montero aseguró que el sistema de abastecimiento de la ciudad está diseñado para equilibrar las posibles deficiencias presentadas. A través de un mecanismo de compensación, los embalses con reservas más abundantes pueden apoyar a los que tienen menor nivel, asegurando así la continuidad del suministro de agua a los habitantes.

Respecto al fenómeno de El Niño el Instituto de Hidrología y Meteorología Ideam alertó sobre la disminución crítica de los niveles de agua en los embalses de Colombia debido a sequías provocadas por altas temperaturas. Antioquia es uno de los departamentos más impactados, con sus embalses al 48.13% de su capacidad.

Otras regiones como Caldas, el Caribe, el centro, el oriente y el Valle del país también reportaron niveles preocupantes, variando entre el 31.99% y el 72.81% de llenado en sus respectivos embalses. Se destacó la situación especialmente alarmante del Alto Anchicayá en el Valle con apenas un 15.94% de su capacidad.

Desde el Ideam se enfatizó en la importancia de la adopción de prácticas de consumo responsables para preservar el recurso hídrico. Las autoridades piden cooperación ciudadana ante esta situación crítica para garantizar una gestión sostenible del agua.

El fenómeno de El Niño es un evento climático que se caracteriza por un calentamiento inusual y periódico de las aguas superficiales en el océano Pacífico ecuatorial central y oriental. Este cambio en la temperatura del océano puede perturbar los patrones climáticos normales y tiene el potencial de provocar efectos significativos en el clima mundial, como sequías intensificadas, lluvias e inundaciones más intensas en diferentes partes del mundo, impactando actividades humanas, ecosistemas y la agricultura.

El Niño es una fase de la Oscilación del Sur de El Niño (ENSO, por sus siglas en inglés), que es un ciclo natural de fluctuaciones de temperatura entre el océano y la atmósfera en la región tropical del Pacífico. La fase opuesta a este fenómeno se llama La Niña, que se caracteriza por temperaturas más frías de lo normal en las aguas del Pacífico ecuatorial y también puede tener importantes consecuencias climáticas.

La Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd) informó que, entre el 3 de noviembre de 2023 y el 20 de enero de 2024, se registraron 237 incendios forestales en Colombia, afectando a 131 municipios y aproximadamente 3.523 hectáreas. Las zonas más impactadas son Vichada, Santander, Cauca y Boyacá.

Como respuesta, la Ungrd y organismos de socorro como el Ejército, la Defensa Civil y los Bomberos están llevando a cabo acciones de mitigación y han activado el Protocolo Nacional de Respuesta ante Incendios Forestales. Han solicitado además apoyo aéreo para la evaluación y extinción de los incendios. Especialmente en Santander, han ocurrido dos incendios recientes y se han declarado 11 municipios en calamidad pública debido a la sequía relacionada con El Niño.