El general César Augusto Zapata Correa, comandante de la Policía en Ecuador, confirmó en la mañana del lunes 22 de enero la captura de alias El Gringo, el comandante del frente Oliver Sinisterra de las disidencias de las Farc, que hacen parte de la Segunda Marquetalia y que fueron organizadas y dirigidas por alias Guacho.
“Anoche en #Imbabura, actividades investigativas y de inteligencia, realizadas durante 3 meses, lograron capturar a Carlos L., alias ‘El Gringo’, un objetivo de alto valor. Líder del grupo armado Oliver Sinisterra de #Colombia y vinculado a actividades terroristas en #Esmeraldas”, escribió el uniformado del país vecino en su cuenta de X.
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Los detalles de la captura serán anunciados en la tarde desde Tumaco, Nariño, a donde se dirige el presidente Gustavo Petro junto con su gabinete presidencial.
No obstante, información entregada por los canales oficiales de las autoridades ecuatorianas indican que el operativo se realizó entre la noche del domingo 21 y la madrugada del lunes 22 de enero, en un allanamiento a un inmueble ubicado en la provincia de Imbabura, en el norte de los Andes ecuatorianos.
El frente Oliver Sinisterra opera entre el departamento de Nariño, en Colombia, y la provincia ecuatoriana de Esmeraldas, en alianza con una banda delincuencial de ese país que es considerada por el Gobierno como terrorista.
Si bien Ecuador no es un productor de cocaína, sí es uno de los principales corredores de tráfico de ese estupefaciente y funciona como un punto de acopio y tráfico de la droga colombiana.
La detención de El Gringo tuvo lugar en medio del conflicto armado interno declarado por el Gobierno ecuatoriano para combatir a las bandas criminales de ese país, que se dedican principalmente al narcotráfico y que fueron catalogadas como grupos terroristas y actores beligerantes.
Justamente el 15 de diciembre de 2023, las autoridades ecuatorianas le habían dado otro duro golpe al frente Oliver Sinisterra al capturar a 15 integrantes de esa estructura armada, incluyendo a Janer Cortés Ortiz, alias El Guasón, presuntamente implicado en el homicidio de tres periodistas del diario El Comercio.
Cortés Ortiz fue localizado en un sector conocido como La Tranquería, en la frontera entre ambos países, y en donde se organizaba el envío de droga hacia Centroamérica.
El Guasón también era buscado por ordenar acciones terroristas en contra de la población de Ricaurte, Ecuador, al cometer homicidios e instalar artefactos explosivos para generar miedo entre los ciudadanos. También parece estar implicado en el tráfico ilegal de flora y fauna y en la extorsión a comerciantes en la carretera binacional.
De acuerdo con las investigaciones, El Guasón se enfrascaba en enfrentamientos en contra del frente Urías Rondón de las disidencias conocidas como Estado Mayor Central (EMC), comandados por Iván Mordisco, por el control del narcotráfico en Ecuador.
“La captura de alias Guasón sin lugar a dudas representa un remesón a esta organización narcoguerrillera que delinque en territorio colombiano. Se han hecho las coordinaciones necesarias y este guerrillero fue entregado a las autoridades colombianas en el puente internacional sobre el río Mataje”, informaron las Fuerzas Armadas ecuatorianas cuando lo capturaron.
Así fue la muerte y desaparición del equipo periodístico de El Comercio
Mientras que alias El Gringo era el principal comandante del frente Oliver Sinisterra, Cortés Ortiz era el tercero al mando. En dicha función, se lo acusó de ser el responsable del secuestro y desaparición de los tres periodistas del diario ecuatoriano El Comercio.
El 26 de marzo de 2018, el equipo periodístico desapareció mientras cubría investigaciones sobre el narcotráfico en la zona limítrofe entre Ecuador y Colombia. Esta desaparición derivó en un secuestro por parte de disidentes de las Farc y terminó en su asesinato, confirmado el 13 de abril por las autoridades de ambos países.
La tensión en la frontera y la cobertura de Javier Ortega acerca de la influencia de carteles mexicanos en el territorio precedieron el fatídico suceso. Ortega, Rivas y Segarra fueron detenidos después de pasar un puesto militar en la fecha de su desaparición, y dos días más tarde, el secuestro fue reconocido por el Ministerio del Interior de Ecuador.
A pesar de que se presentó una prueba de vida, la confirmación de los asesinatos acabó con las esperanzas de rescate. La falta de cumplimiento en la desclasificación de datos del caso y la no captura de Guacho, sumada a la tardía localización de los restos en junio, prolongaron el sufrimiento de familiares y de la sociedad, como reportó Código Vidrio.
Las negociaciones para un posible intercambio de rehenes con Guacho no llegaron a buen término. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) expuso preocupaciones sobre intercambios de mensajes desde las prisiones de los involucrados.
Tras la muerte de Guacho en diciembre de 2018 y dos condenas dictadas en Colombia, persiste la oscuridad en torno al caso. Ante el riesgo de que la investigación se cierre, los familiares han recurrido a la CIDH buscando justicia y claridad, en una batalla que parece diluirse en medio del silencio, según reportó El Comercio en relación con el crimen.