Mauricio Barragán Quintero, excombatiente de las Farc que tras firmar el acuerdo de paz con el Estado pasó a integrar las filas de la Unidad Nacional de Protección (UNP), fue asesinado en un billar en el asentamiento El Tesoro, en la comuna 9 de Neiva (Huila), después de ultimar a un hombre que acompañaba a una mujer con la que él mantenía una relación.
De acuerdo con los relatos preliminares del hecho, el exguerrillero, que también trabajaba como escolta para la subdirección especializada de la UNP, fue herido por algunos de los residentes de la zona, que le ocasionaron lesiones con un arma blanca después de desarmarlo. Esto en respuesta al ataque con arma de fuego que hizo el hombre, por una escena de celos.
Como consecuencia de la gravedad de las heridas, Barragán Quintero falleció en un hospital local. El incidente desencadenó respuesta inmediata de las unidades de la Seccional de Investigación Criminal (Sijín), que aclararon las circunstancias del suceso, identificando el motivo pasional detrás del acto de intolerancia.
“Inmediatamente, unidades se trasladaron hasta el lugar y lograron esclarecer lo sucedido: un hombre, en un acto de intolerancia, aparentemente por motivaciones pasionales, accionó un arma de fuego y cobró la vida de un ciudadano en el lugar y dejó dos personas heridas”, dijo el coronel Alexander Castillo Marín, comandante de la Policía Metropolitana de Neiva.
Desmovilizado atacó con arma de fuego y fue asesinado por la comunidad
En este acto de violencia, el agresor la emprendió contra dos miembros de la familia de la víctima, que lo habían confrontado por el homicidio. Gracias al trabajo conjunto del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) y del organismo policial, se estableció la identidad del agresor, que hacía parte del programa de protección y reintegración de excombatientes.
La comunidad, frente a la situación de un posible acto de justicia por mano propia, tomó acciones que culminaron con la trágica muerte del agresor, según el informe de la Policía Metropolitana, en la que se hizo énfasis en las dos víctimas fatales que dejó este lamentable suceso, que dejó en evidencia las consecuencias de los actos de intolerancia.
En la inspección efectuada por efectivos de la policía en el sitio en donde ocurrió el crimen de Barragán Quintero, se encontró el arma de fuego con la que el hombre intimidó y atacó a su víctima y familiares. “Hay que mencionar que las dos personas fallecidas en este caso registran anotaciones judiciales por porte ilegal de armas de fuego”, recalcó el coronel Castillo.
UNP se pronunció tras el asesinato del firmante de paz
Al respecto, la Unidad Nacional de Protección se refirió en su cuenta de X (antes Twitter) y confirmó el asesinato de Mauricio Barragán Quintero. Asimismo, calificó el crimen como un hecho que ocurrió en “extrañas circunstancias”. Luego, en una publicación posterior, confirmó la identidad de la víctima que dejó el accionar por parte suya del arma de fuego: Valeriano Devia Ramírez, que perdió la vida en el lugar.
En el transcurso de la semana que culmina, este no fue el único hecho que se registró con firmantes de paz en el Huila. El lunes 15 de enero se confirmó el secuestro de José Enrique Roa, que estaba en un centro vacacional conocido como La Balastrera, del municipio de Pitalito, cuando fue privado de su libertad por parte de supuestos miembros del frente Ismael Ruiz del Estado Mayor Central (EMC) de las disidencias de las Farc.
El reporte de la UNP indicó que, entre las 6:30 y las 8:00 p.m. entraron al lugar cerca de 10 hombres armados, que a su llegada abrieron fuego en contra de los presentes. Roa estaba junto a sus dos escoltas, Luis Enrique Sterling Muñoz y Yilber Silva Osorio, que fueron asesinados por los subversivos. Pese a este suceso, el EMC negó que fuera el responsable y acusó a la Segunda Marquetalia de perpetrar el secuestro de Roa.