Si bien el estilo de vida en la mayoría de las ciudades de Colombia es similar al de resto de ciudades occidentales, en su visita al país latinoamericano, la bloguera española Julia Márquez se enfrentó a cuatro choques culturales que compartió con sus seguidores a través de las redes sociales.
“Anda que hay cosas interesantes en Colombia, pero os voy a compartir las cuatro cosas que más gracia me han hecho a mí. Y lo primero de todo es como tiene la gente aquí a los perros. El 70% de los perros que he visto van vestidos, disfrazados, con piedrecillas de los festivales adornándoles el rostro, estos perros tienen más ropa que yo… por no hablar de los buses para el colegio de los perros; es decir, aquí muchas personas pagan un servicio para que (escuelas) vengan a buscar su perro a la casa, se lo llevan para que corra en una finca con más perros y luego lo devuelven, pero el perro debe ir con su mochila, con su almuerzo, son hijos perros”, comentó con asombro, luego de haberse encontrado con este fenómeno en las ciudades principales.
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Al venir a Colombia esperaba encontrarse con los típicos paisajes pintorescos, música caribeña y café por todos lados, pero la manera en la que algunos colombianos toman el producto nacional por excelencia la llevó a cuestionar su preparación:
“Yo no entendía como es que la gente aquí toma tanto café e igual puede dormir. Yo soy una persona a la que no le gusta el café, entonces no lo entiendo, pero me han explicado que aquí el café se toma sin cafeína, o sea, para llegar a tener un café con cafeína necesitas tostarlo mucho, que es como se toma en España, en Italia, etc. Aquí se tuesta hasta la mitad el café y de esa manera no se activa la cafeína; por tanto, se toman un café a la media noche y no les pasa nada, porque no tiene cafeína. Aquí no se toma un café cortado o un bombón, aquí se toma tinto, que es un poquito de café con mucha agua, como una infusión de café”.
Al respecto, algunos de sus seguidores en Colombia insistieron en que el café colombiano sí tiene cafeína, pero al consumirlo desde temprana edad no es algo que les robe el sueño. Sin embargo, según el blog especializado I need my coffee “el café colombiano tiene menos cafeína que otras variedades de café. Esto se debe principalmente a sus métodos de procesamiento. El procesamiento húmedo, el método de procesamiento utilizado para el café colombiano, produce menos acidez y cafeína”.
Además, “las variedades de café más comunes que se cultivan en todo el mundo son Arábica y Robusta. Tienen diferente contenido de cafeína, con Robusta que contiene casi el doble del nivel de cafeína en el café Arábica. El café colombiano es café arábica. El café arábica es una variedad de café de alta calidad en comparación con el café robusta”.
Pero las preguntas de Julia en territorio colombiano no terminan con las mascotas o el café. El clima y la falta de estaciones, comunes en los territorios del norte y el sur, la llevaron a entender que las únicas veces en las que un nacional utiliza las palabras “invierno” o “verano” para referirse al clima en su ciudad natal, se refiere al incremento o deceso de las lluvias:
“No hay estaciones como tal, no hay cambios de clima; es decir, estando en Bogotá me di cuenta de que hace siempre la misma temperatura… calorcito, luego fresco, le llaman la nevera a Bogotá porque es un poco más frío, pero luego tienes zonas en las que hace calor todo el año y diferencian el invierno del verano porque llueve más o llueve menos”.
Y su última gran sorpresa la tuvo en el supermercados. Y es que “aunque me quede aquí tres años ―dijo Julia― seguiría chocándome que todo esté en bolsa: agua en bolsa, leche en bolsa, desodorante en bolsa, geles en bolsa, todo en bolsa”, siendo este último el producto que más preguntas generó en las redes sociales, incluso, entre algunos colombianos que no se encuentran familiarizados con los sachets de tiendas de barrio y farmacias.