La gira del presidente Gustavo Petro en Europa dejó un nuevo resultado arqueológico para el país. El avión presidencial trajo de regreso a Colombia dos urnas funerarias prehispánicas que fueron recuperadas en Italia y Suiza.
Según informó la Cancillería, en la pista de aterrizaje del Comando Aéreo de Transporte Militar (CATAM) se realizó la repatriación de las dos piezas que habrían sido extraídas de las regiones arqueológicas de Chimila y la cuenca Media del Magdalena.
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Se trata de dos urnas funerarias que permitirían conocer las complejas concepciones de las sociedades indígenas en el territorio nacional, antes de la colonización, acerca de la muerte, los ritos asociados al deceso y sus labores.
“Se han logrado recuperar a través de gestiones de nuestras embajadas, en este caso de la embajada en Italia y en Berna, Suiza, donde se han logrado recuperar estas piezas que hacen parte de rituales funerarios”, explicó la viceministra de asuntos multilaterales, Elizabeth Taylor, acerca de la recuperación.
De acuerdo con la Cancillería, las piezas fueron extraídas ilegalmente de Colombia para ser utilizadas como objetos decorativos, lo que no solo vulneraba el patrimonio arqueológico nacional, sino también la concepción con la que fueron creadas originalmente con un uso ceremonial.
Una de las urnas funerarias se encontraba en Roma, a donde el presidente Petro viajó para una audiencia con el papa Francisco. La pieza había sido incautada en 2014 junto a otras 29 más pequeñas, que databan de la era precolombina. 28 de ellas ya habían regresado al país en el avión presidencial, solo faltaba la última.
Esta urna corresponde al periodo prehispánico y, según el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (Icanh), está conformada de dos partes, asociada a las áreas arqueológicas de la cuenca media del río Magdalena.
En el caso de la urna funeraria Chimila, informó la Cancillería, fue devuelta voluntariamente ante la Embajada de Colombia en Berna por el profesor Stefano Spaccapietra, un jubilado de la Escuela Politécnica Federal de Lausanne que la compró en una subasta en 1987, por parte de la casa Laurin, Guilloux, Buffetaux et Tailleur en Francia.
“La urna tiene características visibles relacionadas con los estilos de manufactura de piezas prehispánicas procedentes del área arqueológica Chimila del norte del país”, informó el Icanh luego de la verificación hecha estas reliquias.
Los chimilas fueron una tribu numerosa y organizada que se ubicó en la zona que ahora corresponde al centro y sur del departamento del Magdalena y en el valle del río. En la época de la conquista se resistieron con todas sus fuerzas a los españoles.
Los chimilas cultivaban batata, ñame, maíz y yuca, así como realizaban caza y pesca para obtener proteínas. Utilizaban principalmente arco y flechas como arma. Se vestían con taparrabo de fibras naturales y se adornaban con plumas y pulseras de pieles animales como las serpientes. Así mismo, se pintaban la piel con achiote que fabricaban con gran destreza.
El Ianh se encargó de verificar la autenticidad de las piezas a través de un análisis previo a su repatriación, el cual contó con el apoyo de profesionales en arqueología y restauración. Al determinar que se trataba de elementos importantes para el patrimonio nacional, solicitaron su retorno.
La Cancillería señaló que a través de la Dirección de Asuntos Cultures se trabaja en establecer una política pública, junto al Icanh y el Ministerio de las Culturas, que establezca las responsabilidades institucionales para la recuperación, repatriación y restitución de bienes del patrimonio cultural en el país.
El objetivo es que Colombia se posicione como líder regional en el manejo del patrimonio y los derechos culturales de las poblaciones originarias de nuestro país. En ese esfuerzo, el Gobierno de Gustavo Petro ha logrado el retorno de 563 piezas arqueológicas.