La Agencia Internacional de Energía (IEA) reveló en su informe anual que Argentina está en camino de desplazar a Colombia como el tercer mayor productor de petróleo en Latinoamérica. Este cambio en el escalafón se daría hacia 2024, según las proyecciones del organismo. En diciembre de 2023, la producción argentina se mantuvo estable con 800.000 barriles diarios, un cálculo significativo para la región.
El informe destaca que, pese al declive en la producción de petróleo convencional, el aumento en la extracción de petróleo liviano de esquisto (LTO o crudo ligero atrapado en rocas sedimentarias de baja permeabilidad y porosidad) de Argentina se sostiene y podría incrementar su oferta en el mercado petrolero. Esta transición podría reconfigurar el panorama energético en Latinoamérica, donde Colombia (775.847 barriles por día en octubre de 2023) ha mantenido históricamente una posición prominente como país productor.
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El panorama para el mercado petrolero colombiano ante este giro potencial resulta preocupante, si se consideran los efectos económicos y estratégicos que conlleva la producción petrolera. La IEA no solo monitorea la producción sino también las tendencias de mercado y tecnológicas que impactan al sector. Este potencial cambio de guardia resalta la importancia de la innovación y la búsqueda continua de eficiencia en la industria.
La evolución de la industria petrolera y el dinamismo del mercado son factores clave en el desarrollo de los países de la región. Mientras Argentina avanza, Colombia puede enfrentar nuevos desafíos para mantener su competitividad. Las estrategias de extracción y las inversiones en tecnología de ambos países serán decisivas para definir su estatus como productores de petróleo en los próximos años.
Mantra de la exploración
Por supuesto, la noticia no cayó muy bien en expertos. El exministro de Hacienda Juan Camilo Restrepo lamentó la noticia y apuntó hacia el presidente Gustavo Petro que en el Foro Económico Mundial en Davos (Suiza) dejó claro en varias oportunidades que el país suspendió la exploración de hidrocarburos.
“Repetimos en Davos el mantra de que la exploración está suspendida en Colombia: nadie nos hace caso, por supuesto, ni nos admira por ello”, expresó el exfuncionario.
Señaló que la mejor política de transición energética es la de no subsidiar el consumo de hidrocarburos, ya que se logró de manera parcial con el ajuste del precio de la gasolina, pero “seguimos cavilando con necesario ajuste del diésel”.
Insistió en que la transición energética no debe poner en peligro ni la autosuficiencia de Colombia, ni el nivel estratégico de las reservas, ni los ingresos de un renglón tan importante para el comercio exterior, como las exportaciones de hidrocarburos.
“Si queremos desalentar inteligentemente su consumo, hay que encarecerlos eliminando subsidios y no asfixiando su exploración y producción. Es lo que está haciendo todo el mundo. Nosotros vamos en la dirección contraria”, afirmó.
Decrecimiento logrado
Otro exministro de Hacienda que reaccionó al respecto fue Juan Carlos Echeverry. Lamentó que el país perderá la posición que traía después de un gran esfuerzo.
“Después de mucho esfuerzo, lo logramos. Argentina nos sobrepasó en la producción de petróleo. Pronto lo harán Venezuela y Ecuador. Bien por el decrecimiento”, adujo.
Impacto al PIB
Por su parte, el economista Felipe Campos, gerente de Inversión y Estrategia de Alianza Valores y Fiduciaria, hizo una advertencia sobre el impacto de la actividad sobre el Producto Interno Bruto (PIB).
Dijo que comprende que de manera eventual no se quiera depender del petróleo, ya que cada fluctuación de este activo, a veces por causalidad y otras por correlación con la economía mundial, ha tenido un impacto directo en el PIB (correlación que incluso grandes influenciadores podrían haber pasado por alto), pero que en la actualidad, el petróleo le está ofreciendo a Colombia la oportunidad de crecer por encima del 4%.