Amenazas de muerte en Valle del Cauca: Disidencias de las Farc siembran el pánico con pancartas

Las autoridades evalúan medidas de protección ante amenazas dirigidas a líderes locales de varios municipios vallecaucanos

El gobierno local trabaja en estrategias para establecer presencia estatal en zonas afectadas por intimidaciones -Crédito Europa Press

De acuerdo con la información que se conoce hasta el momento, los mensajes de intimidación se localizaron en los sectores de Miravalle, La Estrella y San Vicente, generando una alarma inmediata entre los residentes y autoridades de la zona.

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Una de las pancartas decía: “Bloque Occidental Comandante Jacobo Arenas, seguimos cumpliendo. Díez años de tu partida seguimos construyendo las Farc - Ep que el pueblo anhela. Camarada Jaime Martínez vive”.

El grupo tras los mensajes amenazantes también sería el mismo que previamente dirigió sus intimidaciones hacia la alcaldesa de Dagua, Karoll Villarejo, cuyo pendón en la parte de atrás venía marcada la siguiente frase intimidatoria con aerosol: “Alcaldesa y Secretaria de Gobierno, ustedes son objetivo militar de nosotros, mentirosas”, puntualizó el mensaje.

Esta situación ha llevado a las autoridades del Valle del Cauca a convocar un consejo de seguridad extraordinario con el fin de evaluar el estado actual del orden público en el departamento. Igualmente, especial atención se pone sobre la seguridad de los alcaldes de Dagua, Cartago y Tuluá, quienes han sido objetivos recientes de amenazas de muerte por parte de actores criminales.

Sectores rurales de Jamundí despertaron con mensajes intimidantes atribuidos al grupo Jaime Martínez - redes sociales

Las acciones de las autoridades buscan contrarrestar el efecto de temor que se propaga tras las intimidaciones, mientras se implementan medidas para proteger a los líderes mencionados y se trabaja en la investigación y captura de los perpetradores. El consejo de seguridad busca también establecer estrategias para fortalecer la presencia estatal en las zonas afectadas para impedir la expansión de la influencia de los grupos armados que persisten en desafiar la ley.

Aunque detalles específicos sobre las respuestas y medidas que adoptará el Gobierno del Valle del Cauca en respuesta a estas amenazas no han sido aún divulgados, se espera que se incluyan mayores despliegues por parte de la Fuerza pública y programas de acompañamiento a las comunidades. Las autoridades reafirmaron su compromiso con la protección de los servidores públicos y con la seguridad de los habitantes de la región.

Cabe mencionar que las disidencias de las Farc y sus acciones en la región han sido objeto de reiterada preocupación tanto para los habitantes como para el gobierno local y nacional. De hecho, en los últimos meses, alrededor de 10 carteles del grupo armado han sido desinstalados por parte de las autoridades. La aparición de estas nuevas amenazas es un indicativo de los desafíos de seguridad que aún enfrenta el país en su proceso de consolidar una paz estable tras el acuerdo con las Farc en 2016.

Otros hechos similares en Colombia

El jueves 14 de diciembre, una pancarta del Bloque Occidental Jacobo Arenas fue hallada en el barrio Santa Helena de la comuna 18 en Cali, mientras que en Jamundí se descubrieron carteles del frente Jaime Martínez. Estas acciones, según Miguel Yusti, asesor de seguridad de la Gobernación del Valle, podrían estar replicando las prácticas de control territorial ejercidas por las disidencias en otros municipios. Eventos similares fueron reportados a inicios de diciembre en Morales y Piendamó, donde las comunidades han pedido seguridad ante la presencia de dichas disidencias.

En redes sociales se hizo viral la imagen de un cartel de una disidencia de las Farc en un barrio de Cali. (Captura de pantalla)

En el extremo opuesto del país, Tibú, Norte de Santander, fue escenario de un evento por parte del Frente 33, que incluyó la entrega de decoración navideña a la comunidad. Caracol Radio y La W Radio informaron de otras actividades por parte de las disidencias en la región, como la siembra de árboles y el suministro de maquinaria a campesinos. Ante estos hechos, no ha habido pronunciamientos oficiales, pero sí una creciente preocupación en Norte de Santander por el impacto de estas acciones en la percepción de seguridad.