Jorge Rodrigo Tovar Vélez, hijo del excomandante paramilitar Rodrigo Tovar Pupo, conocido como ‘Jorge 40′, reveló en una entrevista a Semana las vicisitudes que ha enfrentado al crecer bajo la reputación de su padre.
Tovar Vélez, quien actualmente ejerce como congresista de la República de Colombia y ha construido una carrera enfocada en los Derechos Humanos, ha tenido que trabajar arduamente para distanciar su trayectoria personal y profesional de la sombra de su progenitor. A su vez, narró cómo fue el conmovedor reencuentro con su padre luego de 14 años de separación.
El congresista, es abogado de la Universidad del Rosario con especialización en ciencias penales y criminológicas, ha usado su formación para asesorar al Congreso de la República y al Ministerio del Interior, además de colaborar con la Alcaldía de Valledupar y la Oficina Asesora de Paz de la Gobernación del Cesar.
Su trabajo ha incluido iniciativas de apoyo a víctimas del conflicto armado, incluyendo su participación en la Organización Internacional para las Migraciones. Sin embargo, reconoce que su camino ha estado marcado por el estigma de ser el hijo de ‘Jorge 40′, enfrentando múltiples desafíos debido a la historia de su padre.
“Nací en 1989 en un hogar de padres trabajadores y a mis 7 años mi padre tomó la decisión de irse a la guerra”, compartió Tovar Vélez, explicando que esa determinación cambió su vida para siempre. Sus hermanos y él han vivido en exilio durante más de una década y, aun así, tomó la decisión de regresar a Colombia en medio de las conversaciones de paz con las Farc. Jorge Tovar ha expresado su firme creencia en la paz como el fundamento de sus aspiraciones y sueños, e incluso regresó al país para contribuir al proceso con un grupo que antes era enemigo de su padre.
Jorge Tovar Vélez se reúne con su padre tras años de separación
El exlíder paramilitar Rodrigo Tovar Pupo, conocido como “Jorge 40″, y su hijo Jorge Tovar tuvieron un emotivo reencuentro después de más de diez años de separación. Rodrigo Tovar, quien fuera uno de los cabecillas más notorios de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), regresó a Colombia en septiembre de 2020 tras ser deportado desde Estados Unidos, país donde cumplió 12 de los 16 años de condena impuestos por delitos relacionados con el narcotráfico.
Rodrigo Tovar fue extraditado en 2008 y después de retornar a Colombia para enfrentar cargos por sus crímenes, su hijo Jorge Tovar, quien actualmente se desempeña en el Congreso, puso fin a la larga separación.
Este último expresó su profunda emoción al poder abrazar a su progenitor después de tanto tiempo: “Llevaba más de 15 años sin ver a mi padre, sin abrazarlo”. A pesar de la dificultad para mantener el contacto regular debido a que su padre se encuentra en una prisión de máxima seguridad, Jorge Tovar intenta comunicarse y visitar a su padre al menos una vez al mes.
Pese a llevar a cuestas el legado de su padre y el estigma que enfrenta, Jorge Tovar aspira a fomentar la reconciliación y la paz en los territorios afectados por el conflicto armado.
“Yo quiero, adoro a mi papá, pero yo soy yo y él es él. Él tomó una decisión autónoma. Si en su momento me la hubiera consultado, tenía 6 años, le hubiera dicho que no. He aprendido a separar completamente mi vida profesional y laboral de las cosas de mi padre”.
Aunque aún pesan sobre él cargas del pasado de su padre y su papel en el Congreso, se define como un hombre de paz y se desliga de las acciones de “Jorge 40″. Ha escuchado a su padre pedir perdón por los daños causados y, aunque no busca justificar sus actos, afirma su deseo de trabajar por la paz territorial: “Me gustaría construir procesos de reconciliación y paz territorial”.
Además, hizo hincapié en cómo su relación familiar ha influido en las demandas públicas en su contra, “Por supuesto, soy el segundo congresista más demandado [y la razón es] que soy el hijo de Jorge 40″. No obstante, su compromiso por trabajar en pro de la paz en Colombia continúa firme.
Más allá del peso de su herencia familiar, Jorge Tovar enfatiza en preservar su individualidad y responsabilidad personal, manteniendo una frontera clara entre su carrera política y la historia de su padre. Reconoce que las decisiones de su progenitor fueron autónomas y externas a su influencia: “He aprendido a separar completamente mi vida profesional y laboral de las cosas de mi padre”. Este principio le ha permitido perseguir una trayectoria propia, incluso cuando se ve confrontado por las sombras del pasado de su familia.