El miércoles 17 de enero, el cuerpo desmembrado de una bebé fue hallado en el barrio Pringamozal, de Barrancas (La Guajira), detrás del colegio Monte Alvernia, luego de que algunos perros rastrearan el olor del cadáver. El caso causó consternación en la comunidad y en las autoridades, que ya dieron inicio a una investigación para identificar a los posibles responsables de la muerte de la menor.
De acuerdo con declaraciones del alcalde del municipio, Vicente Berardinelli, compartidas por la Gobernación de La Guajira, luego de un consejo extraordinario de seguridad que se adelantó el 18 de enero, se estableció una recompensa de 20 millones de pesos para quien dé información sobre el caso, que sirva para su esclarecimiento. Por ahora, se esperan los resultados de los análisis de Medicina Legal, referentes a la causa de muerte de la bebé.
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Por su parte, el secretario de Gobierno departamental, Misael Velásquez, aseguró que la Gobernación, en cabeza de Jairo Aguilar, apoyará la iniciativa de ofrecer la millonaria recompensa, con el fin de dar con la verdad sobre los hechos. “Los niños, niñas y ningún ser humano del departamento de La Guajira puede ser afectado por ninguno de estos casos”, precisó el funcionario.
Datos preliminares indicarían que, quizás, la madre tuvo un aborto y puso el cuerpo de la menor en una bolsa, que posteriormente terminó en un basurero, donde diferentes animales, como perros, llegaron a escarbar y a sacar algunas de las extremidades. Así lo explicó el comandante de la Policía en el departamento, Diego Montaña, que, según informó El Heraldo, aseguró que las investigaciones para dar con el paradero de la mamá ya empezaron. Se están verificando las grabaciones de cámaras de seguridad para poder encontrarla e interrogarla.
Niña indígena fue asesinada a golpes en La Guajira
Tres semanas antes de que se registrara el caso de la bebé, el pueblo guajiro fue testigo de otra situación de violencia en la que la víctima también fue una menor de edad. Los hechos ocurrieron el 26 de diciembre de 2023, en el resguardo Kogui Malayo Arhuaco, en la Sierra Nevada de Santa Marta.
Una niña de apenas cinco años, perteneciente a la etnia arhuaco-wiwa e identificada como Bernardina Gil Izquierdo, habría sido golpeada por su padrastro en repetidas ocasiones, hasta que causarle la muerte. La menor fue trasladada a zona rural del municipio San Juan del Cesar luego del ataque.
De acuerdo con El Tiempo, el caso generó tanto repudio, que el mismo padre del presunto asesino, identificado como Yony Loperena Torres, lo entregó a la guardia indígena para que, posteriormente, fuera puesto en manos de la Policía Judicial.
El crimen llegó a oídos de la directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf), Astrid Eliana Cáceres, que se pronunció en X (antes Twitter), rechazando estas acciones de violencia, que han sido calificadas como un presunto feminicidio.
“Repudio total al asesinato de la niña Bernardina Gil Izquierdo del pueblo wiwa. Junto con la comisión de niñez y mujer indígena, declaramos alerta x la infancia de esa comunidad y desplazaremos comisión conjunta para apoyar a mujeres y niños en un sistema de cuidado mutuo urgente”, escribió la directora del Icbf en la red social.
Asimismo, el viceministerio de las Mujeres del Ministerio de Igualdad y Equidad se manifestó en X, instando a las autoridades estatales y de la comunidad indígena a trabajar de manera mancomunada para evitar que hechos similares vuelvan a repetirse. Informó que mujeres indígenas estarían participando en acciones encaminadas a la elaboración de un plan “urgente”, guiado a la prevención y atención de violencias contra las niñas y las mujeres.