En el atardecer del miércoles 17 de enero, un silencio envolvió la escena musical colombiana con la noticia del fallecimiento de Luis Fernando Garcés, conocido como Lorenzo, una figura emblemática y uno de los padres fundadores del rock en Colombia, gracias a su papel protagónico en la legendaria banda Los Yetis.
A sus 75 años, Garcés dejó un legado imborrable, marcando no solo la historia de la música en el país, sino también el corazón de generaciones enteras.
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Nacido el 14 de junio de 1947 en La Estrella, Antioquia, Luis Fernando inició su viaje musical en el coro de su colegio, para luego embarcarse en la escena del rock en la primera mitad de la década del 60. Su debut se produjo en la emisora Radio Ritmos de Medellín, bajo la tutela del periodista Alberto Lebrón, quien lo conectó con el productor Alberto Gómez de Discos Fuentes.
Esta conexión lo llevó a formar parte de la histórica entrega del disco 14 Impactos Juveniles, lanzado en marzo de 1966 como respuesta al fenómeno de los 14 Cañonazos Bailables.
En esta producción compartió créditos con destacadas figuras de la música colombiana como Harold Orozco, Juan Nicolás Estela, Tommy Arraut y sus compañeros de Los Yetis. Fue aquí donde grabó su inmortal Despierta Lorenzo, un cover de la banda uruguaya Los Iracundos, que no solo lo catapultó a la fama sino que le dejó su eterno apodo.
La historia de Garcés con Los Yetis tomó un giro en 1966, cuando comenzó a acompañarlos como baterista. Junto a la banda, dejó grabados varios sencillos que se convirtieron en auténticos himnos del rock colombiano, como las versiones de Satisfaction, de los Rolling Stones, y Yellow Submarine, de los Beatles, así como composiciones originales como Me equivoqué y Por qué me dejaste.
En 2003, conmovido por la enfermedad de Iván Darío López, hermano de Juancho López y exintegrante de la banda, Luis Fernando decidió reunir a sus excompañeros para realizar una serie de conciertos benéficos en su honor. A pesar de la ausencia física de Iván Darío, la fecha del 17 de agosto en el Parque Obrero de Itagüí se mantuvo firme, marcando el regreso triunfal de Los Yetis, según lo registro Señal Colombia.
Desde ahí, más de veinte presentaciones en Medellín, Armenia y Bogotá, destacando en el Festival Altavoz en 2022, y cerrando el Concierto Radiónica-Nación Rebelde en septiembre de ese año. La promesa de un nuevo álbum en 2023, con el lanzamiento del sencillo Me tragué un papel, avivó la emoción de sus seguidores de cuatro generaciones.
Luis Fernando Garcés no solo fue un músico excepcional, sino también un apasionado coleccionista de música de los Beatles y un auténtico conocedor de la escena del rock nacional e internacional. Su conocimiento musical sorprendía a quienes compartían con él, ya que podía citar al instante discografías, fechas exactas de natalicios, fallecimientos, lanzamientos y conciertos.
Juancho López, vocalista de Los Yetis y amigo cercano, expresó su dolor al confirmar la noticia: “No sabía que estaba en riesgo de muerte, solo que tenía muchos males incapacitantes desde hacía más de un año. En la última presentación que tuvimos con él, estaba muy deteriorado, pero feliz por poder cantar con nosotros, su gran gusto y sueño cumplido”.
La partida de Luis Fernando Garcés deja un vacío en la escena musical colombiana, pero su legado trasciende el tiempo y resuena en cada acorde de Los Yetis. Gracias a él y su voz, varias generaciones se sintieron atraídas por el arte de hacer rock and roll. Diego Londoño, crítico musical y periodista, rinde homenaje al Yeti honorario: “Gracias por tu amistad, tu cariño y lo bueno que pasamos durante tantos años. Te quise mucho, amigo fiel”.
El impacto de Garcés va más allá de ser un ícono del rock; también incursionó en la balada romántica como solista, acompañando a otros grandes artistas como corista e intérprete. Román González, músico contemporáneo, destaca: “Son los próceres del rock en Colombia. Luis Fernando fue una persona que entregó su vida al entretenimiento, marcando la primera generación que generó sonidos modernos en Colombia”.