Una aparente “violación sistemática a los derechos” de los trabajadores de Corabastos se estaría presentando, según una denuncia que emitió Juan David Quintero, concejal de Bogotá por el Nuevo Liberalismo, ante la Defensoría del Pueblo, la Personería de Bogotá y la Alcaldía Mayor.
A través de un mensaje publicado en sus redes sociales, el cabildante alertó sobre una presunta violación de los protocolos de salubridad en el establecimiento de comercialización masiva de alimentos, la principal central de abastos de la ciudad. El concejal realizó la denuncia el jueves 18 de enero, y advirtió que la situación no solo afecta los derechos de los trabajadores, sino que es un atentado contra la salud pública.
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“¡ALERTA! En Corabastos se están violando gravemente los derechos fundamentales poniendo en riesgo la salud de las y los bogotanos. Los alimentos que consumimos en Bogotá podrían estar contaminados”, escribió Quintero en su perfil de X (antes conocido como Twitter).
Así, la preocupación de Quintero se basa en el hecho de que aproximadamente 3.000 coteros y carreteros de Corabastos carecen de acceso a servicios sanitarios y a un lugar adecuado para alimentarse.
Los coteros no pueden ir al baño y deben hacer sus necesidades en bolsas, según el concejal
Según el concejal Quintero, esta falta de infraestructura básica ha llevado a los trabajadores a realizar sus necesidades en condiciones inapropiadas, lo que podría desencadenar una crisis de salubridad en la capital. En respuesta, el funcionario ha instado a la Personería a inspeccionar la situación y a promover medidas para garantizar condiciones dignas de trabajo.
La denuncia efectuada por el servidor sostiene que el acceso a los baños y a un casino para alimentarse les está siendo cobrado a los trabajadores (una situación que en algunos lugares de trabajo es común y corriente), lo que les obliga a recurrir a prácticas insalubres y antihigiénicas.
Un hecho preocupante revelado por Quintero es que algunos trabajadores “están haciendo sus necesidades en bolsas que después guardan en las mismas carretas que usan para transportar los alimentos”. La preocupación se extiende, incluso a que, como “fueron retiradas las baterías de los baños y el casino”, los colaboradores no pueden ni siquiera almorzar.
El llamado del concejal busca activar una respuesta urgente para evitar el deterioro de las condiciones en Corabastos, un epicentro crítico para el abastecimiento alimentario de Bogotá. “Por eso hoy le pedí a la Personería que vaya allá, que corrobore lo que estamos diciendo y que inicien las acciones pertinentes para garantizar los derechos fundamentales de estos ciudadanos y evitar una crisis”, indicó.
Lo complejo de la circunstancia es que la central de abastos de Corabastos no solo es un lugar de trabajo para miles, sino que también es clave para la economía y la salud de la población bogotana. Según datos del Dane, Corabastos “abastece de alimentos frescos a una población que asciende a más de siete millones de habitantes de forma directa e indirecta, a través del despacho de productos a otras plazas de la ciudad, grandes superficies, tiendas de barrio, fruver y superetes”.
Por lo tanto, es vital que se los espacios cuenten con condiciones óptimas para evitar cualquier tipo de riesgo alimentario que pueda afectar a la ciudadanía. El Dane, además, ha aseverado que “al mercado de Corabastos acuden diariamente, en promedio, 250.000 personas e ingresan 12.000 vehículos. Cuenta con aproximadamente 6.000 comerciantes bajo la condición jurídica de arrendatarios de las bodegas o locales. La propiedad de la central es de carácter mixto. El 47 % de las acciones pertenece a privados y el restante 53 % es del Estado o instituciones del mismo”.