La Central de Abastos de Bogotá, Corabastos, enfrenta una seria acusación por parte del concejal del Nuevo Liberalismo Juan David Quintero, que advirtió sobre el riesgo de contaminación de entre 5.000 y 7.000 toneladas diarias de alimentos que se comercializan en este punto. Según el cabildante, la violación sistemática de derechos fundamentales está influyendo directamente en las condiciones de salubridad de los alimentos.
Durante una visita a la central ubicada en Kennedy, la más importante de la capital colombiana, y con una extensión de 420.000 metros cuadrados, el joven político detectó problemas sustanciales en el transporte y manipulación de los productos. La denuncia fue presentada en el Concejo distrital y dirigida a autoridades municipales y locales, incluyendo la Personería de Bogotá, la Defensoría del Pueblo, la Alcaldía Mayor y la propia Corabastos.
Ahora puede seguirnos en WhatsApp Channel y en Google News.
La preocupación radica en las precarias condiciones en las que se encuentran alrededor de 3.000 coteros y carreteros, trabajadores relevantes para el movimiento de mercancías dentro de la central. El concejal advirtió que estos trabajadores no cuentan con instalaciones sanitarias adecuadas, ni lugares para su alimentación, señalando que “Se están violando gravemente sus derechos fundamentales a la vida digna, salud y trabajo, al mismo tiempo que se pone en riesgo la salud de las y los bogotanos”.
La falta de baños y un casino para comer ha llevado a situaciones lamentables donde los trabajadores se ven obligados a realizar sus necesidades fisiológicas en bolsas, las cuales luego podrían almacenar cerca de los alimentos que transportan. Además, se les ha cobrado por el acceso a servicios básicos, hasta el punto de que no pueden costear un almuerzo en la plaza.
Quintero no solo destacó la vulneración de derechos, sino que también resaltó el potencial riesgo para la salud pública que esta situación conlleva. Hizo un llamado a la Personería para que se realice una visita urgente a la central y se garantice espacios adecuados para las necesidades y alimentación de los trabajadores.
Esta queja resuena no solo por la posible contaminación de alimentos, sino también por la vulneración de derechos laborales en un sitio que se reconoce como el principal proveedor alimentario de la ciudad. Corabastos no solo es un punto de intercambio comercial, sino también un lugar trascendental para la gastronomía local, dada la calidad y el precio de los productos que allí se consiguen.
En el mismo sentido, quien es una de las caras nuevas que llegó el Concejo de Bogotá, enfatizó en su declaración la importancia de atender rápidamente esta situación para evitar una crisis de salubridad. Corabastos, inaugurada el 20 de julio de 1972, dispone de infraestructura como 57 bodegas de venta y almacenaje, una red de fríos, cámaras de congelación y de refrigeración, y un túnel de congelación rápida, además de contar con presencia de entidades bancarias y de ser un punto de referencia gastronómica en la localidad.
La central enfrenta así un desafío que va más allá de la logística y venta de alimentos: se trata de preservar la salud de los ciudadanos y garantizar condiciones laborales justas y seguras para sus trabajadores, bajo la mirada atenta de las autoridades y la opinión pública.
Por otra parte, durante los primeros 18 días de 2024, el integrante del Nuevo Liberalismo también se ha enfocado en visibilizar hechos de delincuencia en la capital colombiana, en donde deportistas y hasta sus propios colaboradores de su Unidad de Apoyo Normativo han sido las víctimas en sectores exclusivos del norte de la metrópoli. Si bien ha reconocido la labor del alcalde Carlos Fernando Galán durante sus casi tres semanas de gobierno, ha sido enfático en que los resultados desde la Secretaría de Seguridad deben ser rápidos y contundentes contra la criminalidad.