En la sesión del Concejo de Bucaramanga del 17 de enero se desató una polémica entre algunos concejales de la capital de Santander, luego de que la directora del Instituto Municipal de Cultura y Turismo, Maylin Tatiana Jaramillo, presentara su informe de gestión en el departamento.
La controversia comenzó cuando el concejal del Centro Democrático, Luis Fernando Castañeda, quien está repitiendo como cabildante, tomó la palabra para expresar su preocupación por la presencia de libros relacionados con la orientación sexual en las bibliotecas públicas de la ciudad. Castañeda afirmó que su equipo de trabajo cuenta con pruebas de que estos libros están disponibles a toda la población y anunció su intención de llevar a cabo un debate de control político al respecto.
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“Queremos saber cuál es la posición de la nueva directora del Instituto porque nuestro equipo de trabajo ya tiene pruebas de que siguen libros titulados como Chao closet y más”, dijo Castañeda. Enseguida, agregó que las acciones a tomar de su parte serán “lógicamente respetando la inclusión, concejal Andrés, qué bueno que el Concejo tenga representación de la comunidad LGBT”, señaló Castañeda refiriéndose puntualmente a uno de los cabildantes que ha reconocido abiertamente que pertenece a la población LGBTIQ+.
Por su parte, el concejal Andrés Díaz, elegido por el partido Alianza Democrática Ampliada (ADA), respondió durante la sesión plenaria, destacando las luchas que enfrenta su colectivo: “Primero que todo quiero corregirle: es LGBTIQ+”, mencionó.
Luego señaló que las personas de esta comunidad tienen “tres peleas en la vida: la pelea con la sociedad, con nuestras familias y con nosotros mismos. Respeto su punto de vista, pero no le veo nada de malo de que en las bibliotecas hayan libros que puedan guiar a la población LGBTI”, respondió Díaz.
Díaz defendió la presencia de libros que puedan guiar a la comunidad LGBTI en las bibliotecas, argumentando que no es obligatorio que los niños lean esos textos. “En este momento muchas personas de la comunidad LGBTI+ tienen depresión, a veces no cuentan con apoyo en salud mental”, expresó Díaz, enfatizando la importancia de la comprensión y aceptación.
“Nosotros no somos ni cosas raras ni nada. Nosotros nacemos así. Yo no quise ser gay, yo nací. Me siento orgulloso de ser gay y no le hago daño a la sociedad (...) Yo tengo madre, mi madre me respeta”, mencionó en su respuesta. “Esto es machismo; no es contra usted, pero es algo que me toca... He vivido, durante muchos años, bullying”, concluyó Díaz.
Ante el intercambio de opiniones, el concejal Castañeda reiteró su desacuerdo y enfatizó en que “no comparte en absoluto” la idea de que estos libros estén al alcance de menores “que no están preparados para abordar temas” de orientación sexual. Incluso, reiteró su intención de llevar a cabo un debate de control político para abordar esta cuestión.
“Quiero salir en defensa de los padres de familia, de los valores y del respeto. Repito: los niños no están preparados”, contrargumentó Castañeda.
Por su parte, el concejal Carlos Parra intervino en la discusión, manifestando su apoyo a la educación sexual pertinente y señalando que este es un asunto técnico que “no debería convertirse en una bandera política”. Parra destacó que algunos mensajes, aunque no suenen como odio, pueden ser interpretados como tal por quienes los replican en las redes y termina afectando personalmente a niños y niñas.
“Yo empecé en política cuando ocurrió lo del referendo de Vivian Morales: quiero que se pongan en los zapatos de un adolescente confundido de 11 años que lo que ve son noticieros y redes sociales que botan un montón de mensajes de odio”, mencionó Parra.
Cabe recordar que en 2015, la entonces senadora Vivian Morales reunió firmas para impulsar un referendo que abogaba por la adopción de menores únicamente por parte de parejas heterosexuales. Esta iniciativa ciudadana cobró fuerza desde noviembre ese año, cuando la Corte Constitucional tomó la decisión de permitir la adopción de menores por parte de parejas del mismo sexo. No obstante, este no avanzó y la decisión de la Corte sigue en firme.
La polémica sobre la presencia de libros sobre orientación sexual en bibliotecas públicas continúa dividiendo opiniones en el Concejo de Bucaramanga, generando un debate que trasciende lo político para abordar cuestiones sociales y culturales.