La comunidad de Ciénaga de Ayapel, en Córdoba, está conmocionada por la muerte de un universitario que se ahogó mientras practicaba deportes acuáticos en un humedal de ese municipio. De acuerdo con las autoridades, el estudiante de Medicina fue identificado como Mairon José Amaya Martínez, de 24 años.
El joven se encontraba en compañía de amigos, manejando una moto acuática sobre un espejo de agua de un humedal en Ciénaga de Ayapel: la reserva hidrológica más grande de Córdoba. No obstante, Mairon José perdió el control y acabó hundiéndose en lo más profundo del agua, en hechos que ocurrieron el domingo 14 de enero de 2024.
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Los dos acompañantes, por fortuna, resultaron ilesos y fueron rescatados por socorristas; sin embargo, Amaya Martínez murió por inmersión en la zona conocida como Puerto Luna, en alrededores del Cebruno, según informó el medio local Chica Noticias. El citado portal también reseñó que los organismos de socorro lograron rescatar el cuerpo sin vida del estudiante oriundo de Montería.
Las autoridades adelantan las investigaciones respectivas para así determinar las causas exactas del accidente en la Ciénaga de Ayapel; sin embargo, se adelantó que los jóvenes no tenían puesto el chaleco salvavidas mientras iban a bordo de la moto acuática.
La Ciénaga de Ayapel y su importancia ambiental
De acuerdo con la Gobernación de Córdoba, la ciénaga de Ayapel conforma la unión de humedales y zonas inundables de la Depresión Momposina, en un sistema de lagunas sobre la llanura del Río San Jorge. Esta reserva cumple una función ambiental importante para la región y el país, pues modera el destino del recurso hidrológico de las áreas de Córdoba que vierten sus caudales sobre ella; así mismo, alberga una gran variedad de especies de flora y fauna.
El objetivo de este trabajo es el estudio de los aspectos socioeconómicos de este sistema de ciénagas y de sus potencialidades económicas, las cuales —manejadas de manera sostenible— pueden darle bienestar a la comunidad que lo habita.
En lo social, se encontró un bajo nivel educativo en la comunidad y un alto porcentaje de la población con necesidades básicas insatisfechas. Del mismo modo, en cuanto a lo económico, las actividades agrícolas se han contraído, pues hay conflictos en el uso del suelo por sobreutilización o subutilización, y una buena parte de la tierra está dedicado a la ganadería.
Por su parte, la actividad pesquera, de la cual depende la mayoría de la población, es artesanal; una de subsistencia y otra comercial. Sin embargo, la captura de peces se ha reducido por los problemas ambientales y la utilización de artes de pescas ilegales.
Según el ministerio de Ambiente, la ciénaga cuenta con 360 especies, de las cuales 276 son aves (cerca del 15% del estimado nacional), 52 especies corresponden peces, 15 de ellas son migratorias; 16 de anfibios, 24 de reptiles y vegetación propia de este tipo de ecosistemas, imprescindible para el desarrollo de la vida animal.
Cabe resaltar que Ayapel vivió, como cada lugar de este país, los días aciagos de la guerra y el desplazamiento forzado. Y también protagonizará las dificultades del postconflicto.
De acuerdo con la cartera, es claro para todos que muchas de las amenazas que se ciernen sobre el sistema se derivan de la pobreza y la escasez de oportunidades. Por tanto, las autoridades ambientales, indican que se debe “ampliar las opciones de trabajo basadas en la oferta ambiental del territorio y en la capacidad creativa e innovadora de sus jóvenes”.
“Una juventud, a veces descorazonada frente a condiciones de supervivencia ligada al incierto devenir de los fenómenos naturales, buscará un destino más favorable en otros lugares. Hay enormes posibilidades en la promoción de un turismo nacional e internacional vinculado a los atributos paisajísticos, a la pesca deportiva, a la enorme diversidad de aves y a su patrimonio arqueológico”, indicó la cartera.