El exnarcotraficante y miembro del temido cartel de Medellín de Pablo Escobar, Carlos Lehder, aseguró en la mañana de este 15 de enero que el gobierno de los hermanos Castro sí colaboró con esa organización militar, facilitando el tráfico de cocaína con destino a Estados Unidos.
El excapo aseguró al mismo tiempo que lamenta que ese negocio ilícito fue el que incrementó el poder de la dictadura cubana y contribuyó al estancamiento de la nación caribeña. Incluso, en la entrevista entregada a W Radio, Carlos Lehder describió cómo, autorizado por Pablo Escobar y su primo Gustavo, negoció con Cuba para facilitar el tránsito de narcóticos hacia Las Bahamas.
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“De no haber existido la putrefacta dictadura Castrocomunista de Cuba, La Habana sería hoy como Río de Janeiro o como la bella ciudad de Cartagena”, señaló.
No obstante, decidió retirarse del acuerdo al percatarse de que no cumplía con sus expectativas económicas y entregó el negocio a Escobar y su asociado. Tiempo después fue cuando se autorizó su extradición a Estados Unidos y perdió contacto con el negocio, no sin antes enterarse los avances que el capo más temido de Colombia había logrado con los hermanos Castro.
“Yo contraté con el gobierno cubano, autorizado por Pablo y por Gustavo, el primo de Pablo, contraté abrir Cuba para traspasar la cocaína hacia Las Bahamas, no hacia Estados Unidos, hacia Las Bahamas; después vi que con ese sistema no se podía negociar, entonces me retiré y le entregué eso a Gustavo y a Pablo. Ya después me extraditaron y años después me enteré de que Pablo había hecho enormes negocios con la dictadura”.
De manera detallada, Lehder comentó al medio citado cómo logró ingresar a la isla y convencer a los hermanos cubanos para hacerse parte del negocio ilícito que financió una cruda época de violencia en Colombia, por cuenta de los sistemáticos atentados ordenados por Pablo Escobar.
“Yo fui invitado a Cuba por el Gobierno. No voy a especular al decir que sin el permiso de los dictadores yo hubiese podido ingresar a Cuba en mi propio avión. Es un país donde hasta este momento ningún ciudadano puede construir un bote, una lancha, un salvavidas para meterse al mar de Cuba, entonces matemáticamente sin el permiso, sin la venia de Fidel Castro mismo, yo no hubiera podido ingresar allá”, señaló a W Radio el exnarcotraficante.
En otro momento de su entrevista con el medio en mención, Carlos Lehder expresó arrepentimiento por sus decisiones pasadas, luego de ser liberado y enviado a Alemania tras cumplir una pena de 33 años en una prisión de Estados Unidos.
Según comentó, antes de unirse al cartel de Medellín, Lehder fue encarcelado en EE. UU. por contrabando de vehículos. A su regreso a Colombia, su padre de ascendencia alemana, le negó la entrada a su hogar debido a su historial criminal.
Lehder aceptó tener una carencia de moral y falta de voluntad para trabajar de manera honesta, que lo llevaron a convertirse en una pieza clave del narcotráfico, llegando a idear métodos rápidos para el transporte de cocaína a Estados Unidos con la organización criminal.
“El fenómeno de la debilidad humana por intoxicarse el cerebro data de milenios atrás, no es algo exclusivo de cierto sector criminal de la República de Colombia”, señaló
Las autoridades estadounidenses lo encontraron culpable de importar más de 50 toneladas de cocaína y fue extraditado a Estados Unidos el 4 de febrero de 1987, siendo condenado inicialmente a cadena perpetua. Sin embargo, después de testificar contra el dictador panameño Manuel Antonio Noriega, recibió una conmutación de pena.
Lehder afirmó que intentó ser el mejor en el negocio ilícito aunque reconoció que esa actitud es “distorsionante”. Aun así, se desmarcó de Pablo Escobar, asegurando que este último “estaba fuera de control” y que incluso “manejaba la Policía de Medellín”.
Liberado el 15 de junio de 2020, Lehder ahora reside en Alemania y se ha dedicado a la escritura con el objetivo de mostrar las consecuencias negativas del narcotráfico. Su mensaje final en la entrevista fue claro: “El dinero fácil sale caro”, haciendo énfasis en las lecciones aprendidas tras años de encarcelamiento y en la importancia de no sucumbir a las tentaciones del crimen