Colombia no ha terminado de pasar la resaca de la primera reforma tributaria del Gobierno de Gustavo Petro cuando ya se habla de una nueva iniciativa para, curiosamente, reformar la reforma aprobada y que entró en vigencia en 2022.
La misma trajo nuevos impuestos, como el saludable, el del uso de plásticos, así como la no deducibilidad de las regalías de las empresas de hidrocarburos, pero que la Corte Constitucional terminó tumbando y que hizo que el recaudo disminuyera de manera considerable, lo que hará que esta ya no perciba los $20 billones que se creían en principio.
Ahora puede seguirnos en WhatsApp Channel y en Google News.
Ahora, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, anunció que se planea una nueva reforma, pero no es para aumentar ingresos, sino para corregir un defecto de la que dejó establecida el entonces ministro José Antonio Ocampo.
“La reforma que estamos hablando es para corregir un defecto de la del 2022. En el 2022 quedó ajustado las tarifas los beneficios y las exenciones para el régimen de personas naturales. Eso no lo vamos a tocar, pero no quedó la segunda parte, que era garantizar una senda de descenso de la tarifa de la tasa nominal en el impuesto renta corporativo”, aclaró.
Dijo que hoy lo que se quiere es llevar esa segunda parte al Congreso de la República para que sea aprobada, por lo que ya se está en el proceso de socializar con empresarios y con gremios para ubicar el momento respectivo.
Sobre esto, el exministro de Hacienda Juan Carlos Echeverry dio su punto de vista en una columna de opinión para El País. Indicó que pasarían $10 billones de los bolsillos de las familias a los PyG (pérdidas y ganancias) de las empresas. Además, que a profesionales que ganan más de $10 millones por mes, les subirían los impuestos en 45%. De igual forma, que “sería recesiva y ahuyentaría profesionales”.
En el escrito, el exfuncionario expuso, exactamente, que “el presidente Petro, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, y el exministro José Antonio Ocampo han planteado la necesidad de una nueva reforma tributaria que baje la tasa impositiva de las empresas de 35% al 30%. Como reduciría el recaudo en $10 billones, buscan compensarlo con más impuestos a los profesionales y trabajadores del país”
Además, cuestionó “¿A quién se le ocurre que un país que está pagando dos reformas tributarias consecutivas, aprobadas en 2021 y 2022, lo que necesita para reactivarse es otra tributaria? El exministro Ocampo prometió que su tributaria, aprobada a los cuatro meses de iniciar el Gobierno Petro, era suficiente para las necesidades del cuatrienio”.
Señaló que la tributaria fue ideada a medias, inspirada en volver inviable a la industria petrolera y minera en Colombia, afectar a los bancos, que hoy sufren un incremento histórico en los niveles de reestructuración de deuda, a los profesionales y trabajadores. Por eso, resaltó que, como muchos advirtieron, incluyéndose, no iba a aguantar el escrutinio de la Corte Constitucional; por lo cual ahora piden otra, que llevaría a pérdida de talento y capitales.
También criticó que la gran ironía de Petro es haberse vuelto presidenciable incitando a las protestas de 2021 contra la reforma tributaria de Alberto Carrasquilla, que bajaba impuestos a las empresas y los subía a las familias; y, ya presidente, querer hacer lo que antes consideraba inadmisible.
“Resulta contradictorio que quien indujo la recesión con anuncios imprudentes, acciones erráticas y un constante asedio a las empresas, ahora pretenda reducir impuestos a los empresarios, mientras los estigmatiza de manera populista y contraproducente de explotadores y esclavistas”, dijo Echeverry.
De igual forma, apuntó que en 2024 el recaudo tributario se va a resentir porque en 2023 se esfumaron las utilidades de las empresas. Entonces, ante tanta incertidumbre, los empresarios se asustaron y decidieron parar sus inversiones.
“En qué momento se le ocurre a los economistas del gobierno que la forma de reactivar la confianza empresarial es succionar más plata de los bolsillos de las familias. Recuerden: familias que pagan más impuestos compran menos. Los empresarios lo saben. Otra contradicción”, expuso, entre otras cosas, Juan Carlos Echeverry.
Manifestó que quieren matar a impuestos a los profesionales y trabajadores para gastar en el Gobierno. Según él, los impuestos que ya cobran no les alcanzan porque se gastaron las dos tributarias pasadas en subsidiar la gasolina y el diésel.
En este sentido, precisó que más de $50 billones se fueron en pagar la mitad de la “tanqueada” de carros y camiones, mientras que en 2024, el Gobierno que quiere salvar al planeta del CO2 (dióxido de carbono), seguirá subsidiando el diésel, lo que es una contradicción.
“En lugar de clavarnos con una tercera reforma tributaria, dejen de subsidiar a los combustibles fósiles. En lugar de aumentar los impuestos, ejecuten adecuadamente el presupuesto de la Nación, ámbito en el cual el Gobierno de Petro se ha caracterizado por ineptitud e ineficacia a la hora de materializar las inversiones y los programas”, insistió.