Cementerio donde fue enterrada la “María” que inspiró la novela de Jorge Isaacs, fue atacado por los ladrones

El cementerio de Santa Elena ha sido blanco de hurto cuatro veces en los últimos años

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Lapidas, maquinaria y otros elementos han sido hurtados del camposanto vallecaucano - crédito Universidad Central "Marta Abreu" y Fans de El Cerrito
Lapidas, maquinaria y otros elementos han sido hurtados del camposanto vallecaucano - crédito Universidad Central "Marta Abreu" y Fans de El Cerrito

Nuevamente, el cementerio en el que fue enterrada “María”, el personaje central del mundo literario de Jorge Isaacs, fue escenario de hurto y profanación, según denunciaron las autoridades del municipio de El Cerrito (oriente del departamento del Valle).

Ni lapidas, ni estatuillas o inscripciones, en esta ocasión fue robada maquinaria pesada con la que la administración del camposanto se encontraba construyendo un muro para evitar que continuaran los robos: cuatro en los últimos años.

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Santa Elena ha sido blanco de atracadores en múltiples ocasiones, a pesar de los esfuerzos de la comunidad de El Cerrito para mantener su patrimonio intacto, así como el lugar de descanso de María, un atractivo turistico como pocos.

En entrevista para Noticias Caracol, el padre Juan Carlos Jaramillo, de la parroquia San Pedro Apóstol, que administra el cementerio de Santa Elena detalló: “Robaron la herramienta con la que estábamos construyendo la pared del fondo, la tapia final del camposanto, porque el cementerio en diferentes ocasiones se ha visto sometido a la profanación, al maltrato y al daño en las tumbas y en las bóvedas”.

Al igual que los amantes de la literatura, conoce el inmenso valor que supone la tumba de María. De ahí que buscaran estrategias, como la construcción del muro, para evitar que los delincuentes siguieran llegando sin pudor a tomar lo que pudieran para revenderlo en el mercado de coleccionistas:

“En diferentes ocasiones se ha visto sometido a la profanación, al maltrato y al daño de las tumbas y de las bóvedas. Teniendo en cuenta que en este cementerio está la tumba de María, de la novela icónica de Jorge Isaacs, es una pérdida grandísima, no solamente económica en cuanto a la herramienta que han hurtado, sino también a la falta de respeto hacia los difuntos”.

Y es que, los últimos años el camposanto de El Cerrito ha sido sometido a todo tipo de degradaciones y saqueos, por inescrupulosos que se ven atraídos al municipio bajo la promesa de hacer dinero fácil.

De momento, la construcción del muro se encuentra paralizada y los objetos y cadáveres en Santa Elena más expuestos que nunca. De ahí que el padre Jaramillo insistiera que: “Por eso, queremos hacer un llamado a todos los santalenitas y cerriteños para que nos levantemos, porque estoy seguro de que es más la gente buena que tiene este pueblo, que queremos verlo crecer y desarrollarse, que los cuatro o cinco vándalos desadaptados que quieren dañar nuestra comunidad y nuestro corregimiento”.

Retrato del escritor Jorge Isaacs - crédito Sabiduría Ancestral Indígena
Retrato del escritor Jorge Isaacs - crédito Sabiduría Ancestral Indígena

Cementerio de Santa Elena, también, ha sido profanado, como ocurrió recién en 2019:

En agosto del 2019, también el padre Juan Carlos Jaramillo denunció que las lapidas de varias tumbas fueron destrozadas en un intento por tomar crucifijos y otras estatuillas que rodean la tumba de María.

Al menos cuatro sepulcros resultaron afectados en ese entonces y según detalló en conversaciones con Blu Radio, la comunidad se llevó “desagradable sorpresa al ver que a algunas tumbas les dañaron las cruces, las irrespetaron e incluso, rompieron el vitral de la capilla. Esto es un acto vandálico que merece todo el rechazo porque los difuntos merecen respeto y más en un cementerio donde ellos descansan y buscan ser recordados”.

La profanación, según explicó, podría responder a tres razones, siendo la primera el vandalismo de grupos rebeldes; la segunda, represalias de quienes no se encontraban de acuerdo con cambios implementados para la administración del campo santo, y la última, actos satánicos o de brujería en los que, incluso, podrían ser utilizados restos humanos.

Ya en ese entonces, el hurto era un problema, cuenta de ello un atraco registrado días antes a la entrada del cementerio, que, años más tarde vuelve a quedarse corto en su dispositivo de seguridad y control de ingresos.

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