La pesadilla de todo usuario de las apps de domicilios, por la que en pandemia los restaurantes habrían optado por empacar los alimentos en bolsas de plástico con sellos de seguridad, es una realidad en Bucaramanga.
O al menos, así habría quedado registrado en un video compartido por distintos canales de denuncias ciudadanas, luego de que un supuesto empleado de la plataforma Didid Food fuera grabado destapando los pedidos que recién había recogido en un restaurante de la capital de Santander.
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En la pieza, de poco más de dos minutos, se escucha a un ciudadano que graba desde la ventana de su sala, indeciso sobre si debería o no llamar a las autoridades para denunciarlo.
Y es que, según se observa, el sujeto, aún sentado sobre la moto en la que realiza los domicilios, destapa su maleta térmica y empieza a sacar bolsa por bolsa para tomar pequeños trozos de comida y llevárselos a la boca.
Sin pudor, alcanza a sacar al menos dos empaques de icopor y tras cada bocado se limpia la mano con la parte trasera de su pantalón.
“Se lo está comiendo todo, que malp@$%. A ver si cuando avance se puede coger la placa... las salsitas, que no se queden las salsitas ¿Otro? lleva como tres almuerzos, toca llamar a la policía”, se escucha decir al denunciante, quien, observa desde su vivienda, notablemente indignado.
El repartidor movía la cabeza hacia todos lados, cerciorándose de que nadie fuera a pasar o estuviera viéndolo a lo lejos, como si tuviera experiencias anteriores husmeando los platillos antes de entregarlos.
por supuesto, no contaba con que alguien estuviera grabándolo; así que estuvo durante un buen rato concentrado en la comida. Tanto como para que llamaran a las autoridades a preguntar qué medidas podían tomarse:
“Hola, hágame un favor, no tengo ni idea si ustedes atiendan esto, pero es que hay un domiciliario al frente de mi casa y lleva un buen rato abriendo los pedidos y está comiéndose un poquito de cada uno para luego volverlos a guardar”, se escucha antes de que l hombre dé por finalizado el video.
Como era de esperarse, el vídeo no tardó en viralizarse e iniciar una conversación de la que cientos de personas participaron en redes sociales, en su mayoría, con comentarios burlescos, pues, su comportamiento era algo con lo que llegaron a bromear en algún momento:
“Asco jajaja”, “Era para verificar si estaba fresca la comida”, “Tenía hambre el muchacho”, “Que porquería de domiciliario”, “¿Hasta ahora se dan cuenta de eso?”, “Ese es alias el comején”, “Bueno... hay de todo, domiciliarios así, pero también personas que cancelan y le toca pagar al que realiza la entrega”, “De razón que el pedido llega a la mitad”.
Una mujer fue agredida en Cali por negarse a pagar una propina de 2.000 pesos
Apenas en noviembre del 2023 fue noticia el caso de Mariela Ibarra, una mujer que fue brutalmente atacada, junto a su madre de la tercera edad, luego de negarse a pagar una propina de 2.000 pesos para que el domiciliario entregara el pedido a mitad de un aguacero:
“Nos dijo que teníamos que dar el dinero, a pesar de que yo ya había hecho el pago por la plataforma y les teníamos que dar el adicional de la propina. Entonces yo les dije que no, que eso estaba muy irregular. Yo ya me había comunicado con la plataforma para consultar por ese caso y me habían dicho que ellos, la plataforma, no autorizan ese tipo de pagos y que realmente la propina es voluntaria, si el cliente decide o no reconocer ese tipo de servicios”, comentó en entrevista para Noticias Caracol, luego de resultar con varias lesiones en hombre, mano y cabeza por la golpiza.