Durante la madrugada del 14 de enero en la clínica de la Costa murió a causa de afectaciones a la salud la empresaria Enilce López, mejor conocida como ‘la Gata’.
La polémica comerciante de chance, que estaba condenada por tener nexos con el paramilitarismo, tuvo su sepelio durante la tarde del mismo domingo 14 en el cementerio Jardines de la Eternidad.
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Las honras fúnebres de la Gata transcurrieron entre una gran cantidad de personas que incluían familiares, amigos, uno que otro curioso y hasta un reconocido cantante vallenato.
Jorge Luis Alfonso López, hijo de Enilce y conocido como ‘el Gatico’, solicitó permiso para poder asistir al sepelio de su madre. El hijo de la controvertida empresaria también cumple una condena por homicidio.
Entre los asistentes que llamaron la atención aparece el reconocido cantante Peter Manjarrez, quien de acuerdo con información de La FM estuvo cerca de una hora en el velorio de Enilce López, aunque la situación no ha sido desmentida ni confirmada por el interprete vallenato.
Así mismo no pasó desapercibido uno que otro curioso que fue a despedir a La Gata, ya que en las honras fúnebres se permitió el acceso en general aunque había seguridad. “Si lloré a Diomedes Díaz, por qué no a ella, que era la reina del chance”, fue la declaración al medio El Tiempo por parte de uno de los asistentes.
Durante el inicio del 2024 la Gata fue trasladada al centro clínico debido a su complejo estado de salud. Precisamente se conoció que previo a su fallecimiento Enilce López sufría de 17 patologías relacionadas con la hipertensión arterial y enfermedades cardíacas. Además, presentaba un estado de desnutrición severo, reflejado en su peso de solo 34 kilogramos.
Enilce López, apodada “La Gata”, ascendió desde trabajos humildes hasta convertirse en una prominente figura del negocio de las apuestas en la costa Caribe. Su trayectoria se vio marcada por relaciones con el crimen y la connivencia con grupos paramilitares, lo que le permitió acumular poder y crear una red de influencias y complicidades que abarcaba desde criminales hasta políticos, sobre quienes mantuvo silencio. Originaria de La Mojana, Sucre, López tuvo inicios modestos, colaborando en tareas domésticas y en actividades de contrabando, para luego radicarse en Magangué.
La oportunidad de crecimiento para Enilce llegó de la mano de Jesús María Villalobos Luna, quien la convenció para vender números de apuestas, liderando finalmente su propio negocio con el nombre de Apuestas El Gato. A pesar de mantener un perfil bajo, su influencia creció, y gestionó que su sobrina, Wendy Vanessa López Romero, fuera seleccionada como Niña Colombia, fundando posteriormente una fundación a su nombre.
Un punto de inflexión en la carrera de López fue su posible relación con Gonzalo Rodríguez Gacha, “El Mexicano”, quien al huir del Bloque de Búsqueda, supuestamente le confió a López canecas llenas de dólares, algo que ella negó públicamente. A pesar de que su esposo, hijos y asociados enfrentaron la justicia, López rechazó los cargos imputados por las autoridades. Con la regulación del negocio del chance, buscó alianzas políticas para asegurar contratos, contribuyendo incluso a la campaña presidencial de Álvaro Uribe en 2002 a través de Uniapuestas.
También se la relacionó con estructuras paramilitares desde 1996, con la autorización de la Convivir en Magangué, administrada en colaboración con su esposo Alfonso Pastrana y Álvaro Botero Maya. En 2003, apoyó la campaña de Libardo Simancas, consolidando su influencia política, lo que se reflejó en su poder para posicionar a su familia en cargos públicos regionales.
Capturada en 2006 por lavado de activos, la imagen de López cambió, pasando de una figura esquiva a ser conocida por su presencia altiva y extravagante. Acusada de lavar dinero para figuras como Salvatore Mancuso Gómez, enfrentó juicios y amenazó con presentarse al Senado, alegando persecución política.
Su vida posterior transcurrió entre períodos de reclusión y hospitalizaciones por un deterioro de su salud, que estancaron sus procesos judiciales. Fue condenada por vínculos con el bloque paramilitar Héroes de los Montes de María y por el asesinato de Amaury Fabián Ochoa Torres, sin embargo, su rumbo se vio afectado por una grave enfermedad que la llevó a pesar menos de 40 kilos y que complicó su situación legal hasta el final de sus días.