En grupo y ubicados en distintos puntos de la vía Bogotá - La Calera, los ladrones estarían organizándose para hacer de las suyas, pues, atraídos por la idea de hacerse a un botín lejos de la Policía, encontraron un blanco fácil en deportistas y aficionados que recorren el Alto de Patios.
Algunos de ellos, incluso, se habrían ubicado casi que, de manera permanente en las curvas cerradas, para saltar y atacar a su presa: ciclistas solitarios o en grupos pequeños, con bicicletas de alta gama y equipo de un costo elevado.
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Así llegó a denunciarlo en entrevista para Infobae Colombia la ciclista Clara Téllez, luego de que en una misma semana intentaran quedarse con su bicicleta en dos ocasiones: “Llevo varios años subiendo a patios en MTB (mountain bike). Y esta semana que acaba de pasar (la primera semana de enero) tuve dos grandes sustos en la subida. Los dos por el mismo sector. En el primero, el modus operandi fue casi que igual al de denuncias anteriores”.
Es decir, cuando sujetos se ubican a un costado de la vía e intentan alcanzar a un mismo ciclista en distintos puntos para tomar su bicicleta por la cabrilla y obligarlo a detenerse:
“Un tipo camina en contra vía y me lo topo de frente, pero casi que en el kilómetro 1,2. Este me sonríe, lo saludo y sigo. Pero casi que dos curvas adelante el tipo me alcanza y coge el manillar de la bici del lado izquierdo. Me dice que me baje, que no grite o me chuza. Yo grito, pedaleo más duro y no me dejó robar”.
Según detalló en diálogo con Infobae Colombia, el primer incidente se registró el miércoles 3 de enero y el viernes 5 de enero volvió a encantrarse en una situación similar, aunque, esta vez con otras dos personas involucradas:
“Dos días después, me encuentro tres tipos con bicicletas algo viejas y con un mal mantenimiento sobre la vía, casi que en el mismo punto. Cosa que me parece súper extraña porque en ese lugar nadie descansa”.
Aquel punto, en el kilómetro 1.2 se caracteriza por presentar a los ciclistas una curva, en la que bandas criminales estarían escondiéndose, con varios miembros sentados sobre la acera y uno que otro sobre su cicla, preparándose para alcanzar a los deportistas que cruzan en frente, con aparente dificultad:
“Uno de ellos, el más joven, se queda mirando mi bici. Más o menos curva y media adelante volteo a mirar y veo que el tipo está muy cerca de mí. Y yo voy a muy buen ritmo. Me paso la vía para devolverme, veo que viene el resto y, entonces, se detienen”, recordó.
Su estrategia de seguir pedaleando a toda velocidad la habría salvado en por lo menos dos ocasiones; sin embargo, los delincuentes permanecieron atentos, con la intención de alcanzarla una ves diera la vuelta, de regreso a Bogotá: “Suben caminando con sus bicis y pasan la curva. No los veo. Espero algunos minutos para cerciorarme de que sigan su camino, pero los tipos no se van. Se vuelven a sentar pasando la curva y ahí se quedan”.
El físico de algunos ladrones parece haber mejorado con el tiempo. Clara se salvó “de milagro”, pero teme volver a subir sola, sin la supervisión de las autoridades, ni garantías de encontrarse con alguien que pueda ayudarla una próxima vez:
“Los 3 tipos estaban sobre la vía por el Tramonto de subida. Yo pase al lado de ellos. Dos estaban sentados en el piso con las bicicletas y había uno de pie que fue el que se quedó mirando mi bici. Dos cuadras arriba lo veo casi que pegado a mi y ahí es cuando me pasó al otro lado de la vía (de bajada)”.