La Fiscalía General de la Nación presentó la imputación contra Blas Ortíz Rebolledo, exgobernador del departamento de Vichada, vinculándolo a las conductas punibles de interés indebido en la celebración de contratos y tráfico de influencias. Se le acusa de manipular contratos estatales en el año 2008 para favorecer a un tercero implicado en prácticas fraudulentas durante el proceso electoral.
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Los delitos de corrupción que se le imputan a Ortíz Rebolledo fueron expuestos tras la investigación de un fiscal de la Corte Suprema de Justicia, que argumenta disponer de pruebas que implicarían al exmandatario en el direccionamiento de dos contratos como favor a un individuo implicado en fraudes electorales. Las pruebas apuntan a que dichos contratos estarían relacionados con maniobras que contribuyeron a su elección como gobernador
La actuación del exgobernador bajo la lupa de la justicia resalta el problema continuo de la corrupción en cargos públicos, y el intento de las autoridades por combatir estas prácticas ilegales. No obstante, la presunción de inocencia se mantiene hasta que se dicte sentencia en el marco del proceso legal correspondiente.
Corrupción en contratación de obras en Vichada
Se descubrieron irregularidades en la asignación de contratos en la Gobernación de Vichada, donde el cuñado de un exfuncionario de la Registraduría Nacional del Estado Civil recibió de manera anticipada información para ajustar su propuesta y adjudicarse contratos por valor superior a 183 millones de pesos para labores de ampliación de la sede gubernamental, y por 236 millones de pesos para trabajos en una casa fiscal. Estos hechos están relacionados con el exgobernador Blas Ortiz Rebolledo, cuya elección fue anulada en 2009 por fraude electoral.
Se comprobó que los documentos requeridos para la licitación de las obras mencionadas fueron facilitados de manera indebida, permitiendo que se diseñaran ofertas a medida para favorecer al familiar del exfuncionario. Adicionalmente, se reveló que Ortiz Rebolledo influyó para que la hermana del promotor de dicho fraude electoral fuera designada como subdirectora administrativa en el ESE Hospital San Juan de Dios de Puerto Carreño. Estos hallazgos resaltan un entorno donde presuntamente prevalecen el favoritismo y la influencia indebida en la adjudicación de cargos públicos y contratos.
Blas Ortiz Rebolledo se desempeñó como gobernador de Vichada entre 2008 y 2009, hasta que su mandato fue revocado por prácticas fraudulentas en su elección. La situación actual exhibe un posible patrón de corrupción donde se mezclan intereses privados con funciones públicas, comprometiendo el correcto uso de los fondos del estado y la confianza en las instituciones gubernamentales del departamento.
Con estos datos, los entes de control y la opinión pública mantienen una mirada crítica sobre los procesos contractuales en la región, exigiendo mayor transparencia y la aplicación de la justicia frente a actos que infringen la legalidad en la gestión pública, afectando directamente al desarrollo y bienestar de la comunidad de Vichada. En la actualidad, se prosiguen las investigaciones para determinar todas las implicaciones de estos actos de corrupción y las medidas a tomar contra los involucrados.
La elección anulada
El Consejo de Estado de Colombia anuló los resultados de la gobernación del Vichada tras comprobarse un fraude electoral que habría favorecido al entonces candidato del Partido Conservador, el coronel Blas Ortiz. La decisión del órgano surgió después de que una investigación revelara irregularidades en la Inspección de Matavén y eliminó 20 votos de una mesa electoral, lo cual revirtió el resultado de la contienda que originalmente había ganado Ortiz por un margen estrecho de solo nueve votos sobre el candidato del Partido Liberal, quien era el preferido en ese entonces.
El caso, que había sido dejado de lado por un tiempo, volvió a la luz gracias a las acciones de un Juzgado de Villavicencio que indagó las alegaciones de fraude electoral. Además de las irregularidades electorales, investigaciones preliminares sugieren que el exgobernador pudo haber tenido nexos con las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), colaborando con grupos paramilitares durante su servicio activo en el ejército.