En abril de 2019, José Ignacio Mesa Betancur perdió su curul como representante a la Cámara por el departamento de Antioquia. Era en su quinto periodo como congresista, que se terminaba anticipadamente por un error en el recuento electoral, pero apenas dos años después se conoció que, presuntamente, su prominente carrera política fue auspiciada por los paramilitares.
José Ignacio es hijo de Jorge Mesa, un hombre que fue seis veces alcalde de Envigado, tres designado y otras tres elegido popularmente por el partido Liberal, quien fue cuestionado por la relación que sostuvo con Pablo Escobar, a quien declaró su amigo personal y le ayudó a adecuar la cárcel La Catedral. Era un poderoso político que ganaba las elecciones con un amplio margen de votación.
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Su hijo heredó su vena política y fue elegido diputado del departamento de Antioquia de 1991 - 1994. Tras ese periodo, pasó a reemplazar a su papá en la Alcaldía de Envigado, avalado por el partido Liberal, con el que logró obtener una votación histórica, reafirmando el poder de su familia en ese municipio, del que detrás estaría la estructura paramilitar.
De Alcaldía saltó al Senado, por el mismo partido, en el cual logró la elección por dos períodos consecutivos, de 1996 a 2006, y luego representante a la Cámara de 2010, hasta 2019, los últimos dos periodos avalado por Cambio Radical. En este último año perdió su curul porque el Consejo de Estado determinó que se habían contado mal los votos y el que había ganado la elección era Mauricio Parodi Díaz.
Sin embargo, la capacidad electoral de Mesa Betancur no habría sido una herencia política, sino de amistades que le permitieron mantener el vínculo y ganar el respaldo de los paramilitares y la oficina de Envigado, quienes lo habrían llevado a la Alcaldía y al Congreso de la República.
Las investigaciones en su contra iniciaron en el 2011 luego de que Juan Carlos el ‘Tuso’ Sierra, un narcotraficante colado en el proceso de desmovilización paramilitar, quien aseguró que con la administración de Mesa en Envigado, Gustavo Upegui y Daniel Mejía, alias Danielito, ambos miembros de la estructura de sicariato del cartel de Medellín, mantuvieron el poder en el municipio antioqueño.
A raíz de las declaraciones de jefes paramilitares, su nombre apareció varias veces en los expedientes judiciales que llevaron a incluir al Envigado Fútbol Club en la Lista Clinton, el informe de los Estados Unidos de la organizaciones con presuntos vínculos con grupos narcotraficantes.
Tras una década de indagación preliminar, en el 2021 la Corte Suprema de Justicia abrió la investigación formal en su contra presuntas alianzas con organizaciones delincuenciales, la oficina de Envigado y las Autodefensas Unidas de Colombia, para obtener respaldo electoral.
“Prevalido de su posición social y política como alcalde del municipio de Envigado-Antioquia de 1995-1997 y luego como Senador, cargo que ostentó en los periodos 1998 a 2002 y 2002 a 2006, posiblemente se habría asociado con las referidas organizaciones delictivas con el propósito de obtener beneficios electorales, a cambio de lo cual depositó las funciones de su cargo al servicio de tales agrupaciones aceptando desplegar algunas labores que legitimaban el accionar criminal de aquellas, como el ejercer presión ante el Gobierno Nacional para lograr fortalecimiento y reconocimiento político”, señaló la Corte Suprema de Justicia.
El alto tribunal, según reveló Noticias Caracol, cuenta con más testimonios de exparamilitares y ex miembros del cartel de Medellín que declararon que Mesa Betancur era una ficha de esas organizaciones delincuenciales. Diego Fernando Murillo Bejarano, alias Don Berna, que era el jefe de la oficina de Envigado, afirmó que Upegui y Danielito eran muy cercanos al exalcalde.
En su administración municipal, Upegui habría recibido todo el manejo deportivo, mismo aspecto con el que hizo amistad con Don Berna; mientras que, según la declaración del Tuso Sierra, alias Danielito manejó la Secretaría de Tránsito. De acuerdo con el exparamilitar, ningún poder se movía en Envigado sin el visto bueno de este último.
Upegui también le manifestó a Don Berna, según declaró a la Corte, que la oficina de Envigado iba a apoyar a Mesa Betancur para que pasara al Senado de la República, con apoyo financiero a sus campañas. De acuerdo con el testimonio del ex paramilitar, la estructura celebraba como propios los triunfos electorales.
Uno de los hechos que se investiga es el posible falso secuestro que habrían fingido Mesa Betancur y el también exalcalde Álvaro Velásquez en el 2000, con el interés de Carlos Castaño para presionar la terminación de la mesa de diálogos que adelantaba entonces Andrés Pastrana con la guerrilla de las Farc.
En su defensa, Mesa Betancur ha dicho que no podía ser aliado de estructuras delincuenciales porque en su administración adelantó gestiones para construir las instalaciones del Palacio de Justicia en Envigado, un argumento que para la Corte no tiene sentido. Sostiene además que lo condecoró la Policía como mandatario y que la prensa cubrió su supuesto secuestro.