El presidente de Ecuador, Daniel Noboa Azin, emitió recientemente un decreto que confirma la existencia de un conflicto armado interno, tras un fin de semana marcado por violentos motines en cárceles, la fuga de un capo criminal de alto perfil, así como tomas de control en un canal de televisión y la Universidad Nacional.
Esta medida supone la identificación de más de 20 grupos criminales, en un escenario donde el Estado parece incapaz de contener la violencia atribuida a alianzas entre bandas locales, disidentes de las FARC, carteles mexicanos y organizaciones europeas del narcotráfico.
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Narcotráfico y violencia desbordados en Ecuador
La crisis de seguridad en el país, que se ha intensificado desde 2019, ha sido impulsada principalmente por la banda criminal Los Choneros, que mantiene vínculos con el cartel de Sinaloa, comandado por los hijos de El Chapo Guzmán. Grupos como Los Tiguerones, Los Lobos y Los Lagartos, relacionados con el cartel de Jalisco Nueva Generación y liderados por alias el Mencho, que sería uno de los narcotraficantes más buscados por las autoridades de Estados Unidos, están entre los actores influyentes.
Asimismo, estos lazos entre organizaciones delictivas ecuatorianas y narcotraficantes mexicanos se agravan con la influencia de actores colombianos, como las disidencias de las FARC y sucesores de grupos paramilitares que operan en los departamentos fronterizos de Nariño y Putumayo, según fuentes del Ejército y de la Defensoría.
Comandos de la Frontera y sus operaciones
Los Comandos de la Frontera, un conglomerado de frentes 48 y 32 de las disidencias de las Farc y la banda La Constru, operan precisamente en la frontera desde julio de 2020, gestionando laboratorios de procesamiento y cultivos de coca, en competencia con el Frente Carolina Ramírez.
La Constru, con orígenes postdesmovilización paramilitar de 2006 en el Putumayo, estableció nexos con mafias internacionales como el cartel de Sinaloa y se encargaba de transportar cargamentos de cocaína desde Sucumbíos (una provincia ecuatoriana que en su momento sirvió como guarida de las Farc y donde fue bombardeado el jefe guerrillero alias Raúl Rayes, en marzo de 2008) a través de un esquema logístico meticuloso, incluyendo el uso de vehículos con compartimentos secretos y una red de informantes que opera en puntos estratégicos a ambos lados de la frontera.
“En 2015, fue capturado por la Policía ecuatoriana, en Lago Agrio (Ecuador), Diego Mauricio Mejía Rojas, alias el Paisa, entonces líder de La Constru, quien para ese momento ya teníamos identificado como un hombre que tenía negocios con los frentes 32 y 48 de las Farc”, aseguró un investigador de la Dirección Antinarcóticos de la Policía en declaraciones recogidas por El Espectador.
Otros antecedentes criminales y capturas relevantes
La Policía ecuatoriana detuvo en 2015 a Diego Mauricio Mejía Rojas, alias el Paisa, líder de La Constru, conocido por sus negocios con los frentes de las Farc ya mencionados. Figuras como alias el Alacrán y Gárgola dirigieron este grupo delictivo con conexiones en el Valle del Cauca, colaborando con el cartel de Sinaloa y organizaciones delictivas balcánicas.
Además, Los Choneros tienen una larga trayectoria de colaboración con el narcotráfico colombiano y mexicano, implicados en la recepción de droga en la frontera y su envío desde puertos como el de Guayaquil. En mayo de 2020, la captura en Colombia de Jaime Adolfo Z. V. reveló su papel clave en la coordinación de los envíos desde Tumaco, en Nariño, por la frontera con la provincia de Carchi, acentuando los lazos transfronterizos.
En 2013, Jorge Luis Zambrano, alias Rasquiña, líder de Los Choneros, fue capturado en Bogotá tras fugarse a Colombia. Liberado en junio de 2020, su asesinato en diciembre del mismo año en Manta, Ecuador, desencadenó una espiral de violencia y caos carcelario. Ahora, tras su muerte, Fito es señalado como el nuevo líder de este grupo delincuencial y el centro de la actual crisis de seguridad a raíz de su fuga.