En la tarde del 9 de enero se registró una de las jornadas más violentas de la historia moderna de Ecuador, luego de que se registraran varios motines en prisiones y que múltiples bandas delincuenciales se tomaran diferentes espacios, incluido un canal de televisión en el que productores y presentadores estuvieron secuestrados durante varias horas.
En medio de esta oleada de violencia persiste, que hasta el momento ha dejado más de 70 capturas y al menos 11 personas muertas, el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, declaró estado de excepción, recibiendo el apoyo de varios homólogos en la región. Uno de ellos fue el presidente de Colombia, Gustavo Petro, que afirmó que estaba atento a cualquier tipo de apoyo que requiera el Estado ecuatoriano; sin embargo, horas más tarde publicó un listado de lo que para él era el problema principal de la violencia en la región.
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Dentro de estos puntos estaba la prohibición de las drogas, lo que Petro volvió a afirmar que solo daba más rentabilidad a las bandas delincuenciales.
“En diversas conferencias internacionales he afirmado: 1 El crimen hoy es multinacional y multicrimen. 2. En América la expansión de poderosas bandas internacionales tiene que ver con una política antidrogas equivocada. 3. Entre más prohibición, más rentabilidad de lo ilícito y más poder mortífero de las bandas 4. El fentanilo cambia la geografía mundial de la cocaína”, es parte de la publicación del mandatario colombiano.
Esta publicación recibió varias críticas por parte de los detractores del mandatario colombiano, pero también se registró un apoyo poco común, el de Sebastián Marroquín (antes Juan Pablo Escobar), el hijo de Pablo Escobar, que argumentó en su cuenta de X (antes Twitter) su opinión sobre la violencia en Ecuador y resaltó varios puntos en común con Gustavo Petro.
El hijo del fallecido capo afirmó que la violencia en Latinoamérica es el resultado de unas políticas antidrogas antiguas que benefician a los delincuentes, por lo que afirmó que es momento de que se legalice y regule, un discurso similar al entregado por Gustavo Petro en repetidas ocasiones.
“La reciente violencia en América Latina revela cómo las políticas arcaicas sobre drogas benefician exclusivamente a criminales y debilitan a los Estados. Es hora de un cambio: legalización y regulación para que el poder lo tenga el Estado. Educación: el único camino”, afirmó Marroquín en la publicación.
La afirmación del hijo del capo generó múltiples reacciones. Algunas voces en la región han recordado a Pablo Escobar, pero para afirmar que desde los años 80 y 90 en Colombia no se había registrado un poder por parte de la delincuencia que tuviera tal impacto.
El analista político Daniel Zovatto, en diálogo con Cadena3, aseguró que él esperaba una violencia de esa índole en otros países de Latinoamérica, pero no en Ecuador, por lo que resaltó que desde Pablo Escobar no observaba un ataque frontal tan fuerte contra un Estado.
“En Ecuador pensaba que esto no era factible, que este problema podía ocurrir en Colombia con los carteles o en Perú con Sendero Luminoso. Desde Escobar no recuerdo un ataque tan frontal contra las fuerzas de seguridad. Es un nivel de violencia extrema”, afirmó Zovatto.
Sobre los aspectos que generaron esta violencia, el analista político explicó que la dolarización de Ecuador, sumado a la cercanía con Perú y Colombia, hicieron que este país se volviera frágil, sumado a que los gobernantes no prestaron la atención suficiente para prevenir las consecuencias del narcotráfico.
“El dólar facilita los negocios narco, mucha mano de obra desempleada y la frontera con Colombia y Perú es una combinación brutal que hay que tener en cuenta. Ecuador no puso la debida atención y hoy está arrinconado por la violencia. No es el primer presidente que declara la guerra a los narcos, pero es de una fragilidad muy grande de jugar al todo o nada”; puntualizo Zovatto en Cadena3.