Embajador de Dinamarca en Colombia fue víctima de los pinchallantas: esto fue lo que pasó

El embajador de Dinamarca en Colombia, Erik Høeg, se ha encontrado repetidamente con las llantas de su carro personal desinfladas, un incidente que, aunque común para los residentes de Bogotá, resultó ser una sorpresa para el diplomático. Creyendo, inicialmente, que se trataba de mala fortuna, finalmente se le explicó que esto era parte de un método delictivo conocido localmente como el acto de los pinchallantas.

El representante del Reino de Dinamarca en Colombia denunció, en X, haber sido víctima en múltiples de esta artimaña de la delincuencia durante su recorrido habitual en una vía emblemática de Bogotá. El suceso ha causado alarma entre la comunidad diplomática y pone de manifiesto los desafíos de seguridad que enfrentan tanto ciudadanos como visitantes en la capital colombiana.

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El diplomático danés reveló que el daño inesperado a los neumáticos de su vehículo fue causado por un objeto metálico afilado. El incidente, que inicialmente parecía ser una mala racha de suerte, fue comprendido tras el hallazgo de la pieza dañina:

La zona de la ciudad a la que se refería el embajador danés es la calle 80 con avenida Boyacá. De hecho, las autoridades ya tienen identificada esta intersección como un punto crítico donde se reportan con frecuencia incidentes de pinchallantas, una modalidad de robo vehicular.

La preocupación surge de la frecuencia de casos en donde conductores son víctimas de bandas delictivas que dañan intencionadamente los neumáticos para luego robar a los afectados cuando se detienen a revisar el daño.

De acuerdo con informes de las autoridades, conductores han sido víctimas de fraudes en varias arterias viales significativas de la capital colombiana. Las incidencias se han reportado en la avenida Boyacá, cerca de la calle 53; así como en la intersección de la avenida Primero de Mayo con carrera 30, la esquina de la calle 80 con avenida 68; en la autopista Norte, dirección norte-sur, frente al centro comercial Santafé, y también en la autopista Sur a la altura de Soacha.

Por último, el embajador agradeció a los internautas que se enteraron de cómo fue víctima de los pinchallantas, como el que le hizo el comunista de El Tiempo y caricaturista Vladdo, que en X reaccionó a la publicación de Høeg: “Qué vergüenza, Señor Embajador. Mil disculpas; la seguridad es otra asignatura que tenemos pendiente en nuestro país y en nuestra ciudad”.

A lo que el diplomático replicó: ”Gracias Vladdo y otros por su solidaridad. Realmente yo soy una víctima “privilegiada” con carro con buenas medidas de seguridad y un equipo de apoyo. Me duele por los bogotanos que viven estas situaciones. Agradecido con el equipo del alcalde Carlos Fernando Galán por ponerse en contacto”.

Los delincuentes tienen varias estrategias, aunque la más frecuente es cuando el conductor va tranquilo en su vehículo cuando de manera inesperada se pincha, en ese instante, llega un “ángel” que le ofrece su colaboración y le recomienda un montallantas cercano, en donde ven el susto y la prisa de la víctima para cobrarle una alta cantidad de dinero por el arreglo. En el peor de los escenarios, realizan más daños al auto, según informó El Tiempo.

En la mayoría de los casos, estos sujetos ponen un pitillo metálico cortado en diagonal, un tornillo, puntillas y hasta tubos de acero, para luego detectar a los pinchados.

Ciudadanos reportaron un aumento en los métodos ingeniosos de robo por parte de bandas organizadas. Dentro de estas estrategias, se ha detectado que algunos miembros de estas bandas se hacen pasar por ciclistas, seleccionando a sus víctimas y provocando colisiones menores de forma “accidental”. Tras el impacto, los delincuentes aprovechan para colocar un objeto punzante cerca de las llantas del vehículo, que posteriormente daña las mismas cuando el conductor reanuda la marcha.