Una boa constrictora de considerable tamaño, sobrepasando los dos metros de longitud, fue encontrada en la Comuna 16 - Belén, Medellín. El hallazgo, realizado por las autoridades locales, ha causado sorpresa y es temática de conversación entre los habitantes de la zona.
Fue gracias a la intervención de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá, que se informó sobre el rescate de una serpiente que se encontraba en estado de cautiverio en el barrio Belén Zafra. La operación fue llevada a cabo por efectivos de la seccional de Carabineros y Protección Ambiental y tuvo lugar en esta localidad de la capital antioqueña.
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Las autoridades ambientales lograron rescatar a la boa constrictor que se encontraba en cautiverio. El operativo se llevó a cabo por miembros del grupo de protección ambiental y ecológica, quienes actuaron para asegurar la preservación de esta especie, la cual suele estar protegida por regulaciones contra el tráfico ilegal de fauna.
Las autoridades ambientales de Medellín también informaron que tras dos años de cautiverio en una residencia particular, el animal exótico fue liberado gracias a un aviso ciudadano. El operativo de salvamento se llevó a cabo el lunes 8 de enero de 2024 en horas de la mañana, evidenciando la importancia de la denuncia pública en la protección de especies no domésticas.
“El animal era alimentado con pollo y codornices durante los dos años que estuvo en cautiverio”, afirmó uno de los uniformados que participó del operativo de recuperación de la serpiente.
Procedimiento a seguir
El reptil fue entregado a las autoridades ambientales tras ser encontrada en cautiverio. El rescate de la boa tuvo lugar en una operación llevada a cabo por la sección de Carabineros y Protección Animal. El suceso llevó a un recordatorio sobre la legislación vigente respecto a la tenencia de fauna silvestre, y su posible calificación como aprovechamiento ilícito de recursos naturales renovables, citando específicamente el artículo 328 de la Ley 599 del 2000.
“Son especies importantes en el sostenimiento de la biodiversidad y el equilibrio de los ecosistemas”, sostuvo la seccional de Carabineros y Protección Animal del Valle e Aburrá.
Particularmente, el marco legal colombiano, se refiere al uso ilegal de la flora y fauna nativas, una práctica que puede acarrear consecuencias jurídicas para los infractores. Estas informaciones buscan desalentar la posesión ilegal de animales salvajes y promover su conservación en su hábitat natural.
Los protocolos de recuperación para la fauna salvaje implican una serie de pruebas de salud y comportamiento, así como la evaluación del entorno al que potencialmente volvería el animal. Estos procesos están diseñados para asegurar que los especímenes puedan sobrevivir por su cuenta y no representen un riesgo para el equilibrio ecológico de su área original.
Artículo 328 de la Ley 599 del 2000
La ley colombiana señala que el artículo 328 de la Ley 599 del 2000 hace referencia al aprovechamiento ilícito de los recursos naturales renovables.
“El que con incumplimiento de la normatividad existente se apropie, acceda, capture, mantenga, introduzca, extraiga, explote, aproveche, exporte, transporte, comercie, explore, trafique o de cualquier otro modo se beneficie de los especímenes, productos o partes de los recursos fáunicos, forestales, florísticos, hidrobiológicos, corales, biológicos o genéticos de la biodiversidad colombiana, incurrirá en prisión de sesenta (60) a ciento treinta y cinco (135) meses y multa de ciento treinta y cuatro (134) a cuarenta y tres mil setecientos cincuenta (43.750) salarios mínimos legales mensuales vigentes.
La pena se aumentará de una tercera parte a la mitad cuando la conducta se cometa a través de la práctica de cercenar aletas de peces cartilaginosos (tiburones, rayas o quimeras), y descartar el resto del cuerpo al mar.
Prácticas como el tráfico de fauna y la caza junto con la pesca ilegal, son condenables con prisión o sanciones económicas.