El 9 de enero de 2024, se retomarán las negociaciones de paz entre el Gobierno colombiano y el Estado Mayor Central (EMC), la principal disidencia de las Farc, en lo que se marcará el comienzo de la tercera ronda de diálogos. Esta nueva fase se llevará a cabo en Bogotá y se extenderá hasta el 18 de enero, según lo confirmado por ambas partes involucradas en el proceso.
La reunión se llevará a cabo a puerta cerrada, y se anunció que cualquier acuerdo alcanzado sería comunicado públicamente, de acuerdo con el Alto Comisionado de Paz. El evento promete ser significativo, ya que se abordarán puntos cruciales durante la jornada del 9 de enero.
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Uno de los temas más destacados será la transformación de los territorios que dependían de actividades económicas ilícitas, especialmente en la región del Micay, en el departamento del Cauca. Además, se tratarán cuestiones humanitarias y socioambientales, en el que esperan subrayar la importancia de abordar aspectos integrales en el proceso de paz.
En el contexto de las discusiones, ambas partes expresaron que prestarán especial atención al cese al fuego unilateral y su posible expansión de las negociaciones. Esto adquirió mayor relevancia debido a la proximidad del vencimiento del acuerdo entre las partes, programado para el 15 de enero. La posibilidad de extender este acuerdo fue un tema central en las conversaciones, en el que esperan destacar la necesidad de mantener la estabilidad y la ausencia de hostilidades en la región.
Cabe destacar que la tercera mesa de diálogos había sido anunciada por ambas delegaciones en octubre de 2023, en el Catatumbo (Norte de Santander), donde se celebró la segunda reunión de cercanías entre la Casa de Nariño y las disidencias. Este anuncio demostró para muchos políticos la voluntad de ambas partes para buscar soluciones pacíficas a los conflictos existentes.
No obstante, es importante señalar que el segundo proceso de paz o la segunda mesa, celebrado entre el 2 y el 11 de diciembre de 2023, enfrentó desafíos considerables, especialmente en términos de violencia. El Estado Mayor Central acusó al Gobierno de turno de no cumplir con varios puntos de acuerdo, lo que generó tensiones y amenazó la estabilidad del proceso.
A pesar de los desafíos, uno de los acuerdos más sólidos alcanzados hasta el momento fue la decisión del Estado Mayor Central de renunciar al secuestro con fines económicos. Este compromiso, anunciado en durante la instalación de las negociaciones en Tibú (Norte de Santander), fue un avance significativo hacia la construcción de un acuerdo de paz duradero; sin embargo, hasta el momento, no se ha especificado una fecha precisa ni se ha detallado el plan para la liberación de las personas que permanecen en manos del EMC.
Con estos antecedentes, la tercera mesa de diálogos se presentó como una oportunidad para abordar las discrepancias pendientes y avanzar hacia la consolidación de un acuerdo de paz integral. La atención se centró en la capacidad de ambas partes para superar las dificultades previas y entregar soluciones concretas que promoverán la estabilidad y la reconciliación en Colombia.
<b>¿Qué es el Estado Mayor Central?</b>
En 2016, durante las conversaciones de paz entre el Gobierno, en cabeza de Juan Manuel Santos, en ese momento, y la desmovilizada guerrilla de las Farc, surgió el Estado Mayor Central. Este grupo tuvo su origen cuando el Frente Primero, liderado por Néstor Gregorio Vera, alias Iván Mordisco (actual líder del EMC), anunció su decisión de continuar la lucha armada.
El EMC se conformó con guerrilleros que no se sumaron al proceso de paz, a diferencia de otra disidencia significativa, la Segunda Marquetalia, liderada por Iván Márquez, que retomó las armas en agosto de 2019 tras haberse unido inicialmente al acuerdo de paz.
De acuerdo con las autoridades, el EMC contaba con al menos 3.400 integrantes en sus filas, de los cuales 2.149 estaban armados, mientras que 1.331 formaban parte de redes de apoyo. Esta información brindaba un panorama de la magnitud y la estructura de esta disidencia, que se destacaba por su persistencia en la lucha armada y su negativa a sumarse al proceso de paz que estaba teniendo lugar en ese momento.