Luis Alfredo Muñoz es un ejemplo de superación por donde se le mire. Desde temprana edad se ha enfrentado a las adicciones, la discriminación y los peligros de la calle, a donde llegó hace 20 años, este 2024.
Se identifica, con orgullo, como habitante de calle, aunque logró construir un pequeño refugio a orillas del río Tunjuelito, pero entiende bien que son pocos los recicladores que tiene algo más que su carreta.
De ahí nace la idea que lo llevó a convertirse en la primera persona sin un techo en ganar un concurso de Presupuestos Participativos, luego de promover su iniciativa con un oficio, una maqueta y algunos videos que compartió a través de la red social TikTok.
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El proyecto, según explicó en entrevista para Citytv, “consiste en hacer cacetas en lugares estratégicos para la recolección de material reciclable de una comunidad. La idea de la caseta es que integre vivienda para los habitantes de calle”.
Y así cuenten con un lugar de trabajo y, al mismo tiempo, un lugar en el que descansar y asearse, de vez en cuando. Es, según dijo en diálogo con Noticias Caracol, “un lugar para la recolección de material reciclable de una comunidad”.
La vida en la calle, a pesar de tener años de experiencia, no deja de ser todo un reto. Con apenas 12 años empezó a consumir drogas y a los 15 salió de su casa para nunca volver. Desde entonces tuvo que enfrentarse a la adicción por las sustancias ilícitas:
“Yo cogí mi maleta y me fui a vivir a la calle. Comencé consumiendo gasolina, con mi amigo que vivía ahí abajo, después comencé a consumir marihuana con otros amigos, todo fue como las malas amistades, después consumí pegante, perico, bazuco”.
Tan pronto como pudo dar un giro a su vida, decidió dejarlas en el pasado. Una puerta que abrió al llegar a Bogotá y que, sin saberlo, sería el inicio de una nueva vida: “Fue muy duro, muy complicado, los internados son muy difíciles, pero llegué a Bogotá. Tenía dos caminos: irme para la olla o retomar mi vida y decidí retomar mi vida”.
En el reciclaje y sus tres perros encontró una alternativa, pero aun cumpliendo un servicio, cuando menos necesario, su estilo de vida seguía siendo precario, sin reconocimiento ni agradecimiento alguno.
Se dedicaba los lunes, miércoles y viernes (días en los que pasaba el carro de la basura) a sus labores de reciclaje y, aprovechando que se encontraba libre de drogas, optó por usar los otros días para cumplir otro gran sueño: ayudar a mejorar las condiciones de vida sus compañeros y dignificar el oficio de reciclador, para que se vea al habitante de calle como un igual y no como un ciudadano de segunda clase:
“Este era mi mayor sueño, poder contribuir a la sociedad de alguna manera. Los y las habitantes de calle también pueden salir adelante, progresar y pueden cambiar. Lo único que necesitan es apoyo”.
Adriana Piraquive, asesora del despacho de la Alcaldía local de Ciudad Bolívar, que lanzó el concurso del que Luis es ganador, explicó que “hay propuestas ciudadanas que valen 100.000 pesos, pero hay propuestas ciudadanas que valen millones de pesos (...) nos reunimos con él, acá teníamos un referente de participación que se reunía con él todo el tiempo hasta que lograr consolidar, pero él tenía la idea clarísima, él sabía que era lo que quería”.
Y, bajo la misma línea, en conversaciones con Citytv, la alcaldesa Tatiana Piñeros agregó: “Ustedes casi que son como alcaldes y alcaldesas porque es que el 50% del presupuesto que tenemos en la Alcaldía, es la ciudadanía la que está diciendo en qué invertir entre estas 81 propuestas que serán ejecutadas en el año 2024″.