Normalmente, el cargo de la primera dama es vinculado a la labor social que tiene una alcaldía, gobernación o presidencia, especialmente en lo que concierne a poblaciones específicas como la niñez o las mujeres. Sin embargo, pocas veces es calculable el impacto que estas pueden tener en la vida del líder al que acompañan.
Carlos Fernando Galán, nuevo alcalde de Bogotá, se refirió a tal aspecto, transportándolo a lo que ha sido su experiencia personal y se rindió en elogios hacia su compañera, la abogada Carolina Deik. Además de estar casada con el político, tiene una destacada carrera como abogada, dirige una firma y estudió en las universidades de derecho más importantes del mundo como la de París o Harvard.
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En entrevista con Semana, el burgomaestre recordó cómo conoció a su pareja. Cuando ella estaba estudiando los últimos semestres de su pregrado, hacía parte de Politizarte, la revista de su facultad en la Javeriana. Como parte de su labor ya había entrevistado a figuras como Enrique Peñalosa o Carlos Gaviria. A fin de seguir sorprendiendo, le seguía el rastro al entonces presidente Álvaro Uribe.
La cita se concretó, pero conflictos en la agenda impidieron que se llevara a cabo. Afanada, escuchó varias recomendaciones para sustituir el tema, en lo que un compañero le indicó que había un joven concejal de 30 años, hijo de Luis Carlos Galán, el cual podría servirle para un perfil.
Se trataba de su actual marido. Convencida de que tenía un buen personaje para mostrar, se dirigió hasta la casa de Gloria Pachón, madre del excabildante, para que se diera la conversación. Intercambiaron ideas y todo resultó, aunque en la mente de él había otros asuntos.
“Creo que esa entrevista fue un desastre, no fui capaz de aterrizar nada porque quedé embobado desde el principio con Carolina”, le contó al medio citado.
Apenas salieron de ese primer encuentro, el amigo que lo hizo posible se encargó de ponerlos en contacto y cuadraron una primera cita. Al poco tiempo se fueron a Cartagena, se dieron un primer beso y la relación se fue tornando cada vez más seria.
No pasó mucho tiempo para que ambos se sintieran seguros de dar un paso más y en 2011 contrajeron matrimonio en Barranquilla, ciudad natal de la legista. La ceremonia religiosa se efectuó en la iglesia Inmaculada Concepción, mientras que la fiesta se desarrolló en el salón Jumbo del Country Club, ambos lugares al norte de la capital atlanticense.
Aunque la boda fue el destino después de un camino de ensueño, Galán admite que solo logró convencer a Carolina al haberse despojado de la timidez que lo invadió en la mayor parte de su juventud, la que lo alejó de ser un latinlover mientras estudiaba en Francia.
“No hablaba nada de francés y me costó acercarme a las mujeres. Me demoré un poco en poder tener una novia”, rememoró el gobernante.
Sin embargo, hoy por hoy no considera que haya necesitado conquistar a mil, pues a la final se quedó con la que se convirtió en el amor de toda una vida. “No he conocido a nadie tan inteligente como ella. Es mucho más inteligente que yo; todo en Carolina me fascina”, añadió al portal en cuestión.
Su esposa, por su parte, admite que han pasado por dificultades, pero que quiso apoyarlo siempre que intentó aspirar a un cargo, incluso en las derrotas: “Ese siempre ha sido su sueño, y aunque no ha sido un camino de rosas, he estado dispuesta a acompañarlo, que la familia lo rodee y estemos los cuatro juntos”.
Finalmente, aunque fungirá como la primera dama de la capital, el mandatario es consciente que ella también espera seguir adelante con sus proyectos personales. “Espero que ella pueda seguir trabajando en lo que hace. Tiene una proyección profesional y personal extraordinaria. Y que al tiempo pueda seguirme ayudando en algo en lo que es realmente muy buena: organizar mi mente para que pueda tomar las mejores decisiones”, concluyó en la charla con Semana.