Bananeros colombianos podrían perder millones de dólares, por decisión de los supermercados europeos

Productores y exportadores de banano han manifestado su descontento debido a la solicitud de supermercados europeos de reducir en 1,30 euros el precio por caja de esta fruta. Esta demanda se percibe como una disonancia entre el llamado a prácticas de sostenibilidad y las prácticas comerciales aplicadas.

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El malestar radica en la percepción de que se está ejerciendo una presión injusta sobre los proveedores de banano, que ya se encuentran implementando buenas prácticas ambientales y laborales que suponen costos adicionales. La reducción de precios solicitada impacta negativamente en la economía de estos productores, que enfatizan una incongruencia entre los estándares de producción que se les exige y las condiciones de mercado que se les ofrece.

La Asociación de Bananeros de Colombia (Augura) ha informado que se espera una disminución aproximada del 5% en las exportaciones de banano para el cierre de 2023, calculando un total cercano a los 103 millones de cajas de 20 kilogramos. Esta merma representaría un impacto significativo en la industria bananera del país, cuyo principal destino de exportaciones es Europa, absorbiendo cerca del 65% del total de ventas al exterior del producto.

Esta caída en las exportaciones traduciría en abultadas pérdidas económicas para los productores colombianos. Concretamente, la rebaja de 1,30 euros por caja de banano de 20 kilogramos podría resultar en una merma monetaria estimada de 60 millones de dólares anuales. Esas cifras demuestran la fuerte dependencia del sector bananero en las ventas al mercado europeo, cuyos ingresos ascendieron a casi 900 millones de dólares al cierre del año anterior.

La posición actual de los supermercados europeos, que muestran resistencia a mejorar los precios ofrecidos por el banano colombiano, podría prolongar esta tendencia negativa. Augura señala que si esta situación persiste, la competitividad de Colombia en el comercio internacional del banano seguirá siendo desafiada, lo que enfatizaría aún más el declive actual de la rentabilidad del sector. La insistencia del gremio subraya la necesidad de negociar términos más favorables que ayuden a preservar la estabilidad económica de los productores nacionales.

Asociaciones bananeras en Latinoamérica, incluyendo Colombia, Ecuador, Guatemala, República Dominicana, Costa Rica, Honduras y Perú, están enfrentando incrementos en los precios de esta fruta como consecuencia de una serie de dificultades. Entre estas se encuentran los costos elevados de insumos y el combate a una peligrosa plaga, además de factores de seguridad y regulaciones de sostenibilidad.

Desde el año 2020, el sector ha reportado costos significativamente mayores en materiales como cartón y fertilizantes, así como en el transporte de los productos, los cuales aún no han regresado a los niveles previos a la pandemia. Sumado a esto, se enfrentan al devastador hongo Fusarium Raza 4 Tropical (Foc R4T), el cual provoca un marchitamiento fatal en las plantaciones y que ha estado presente desde su detección en Colombia en 2019. Estas circunstancias han obligado a incrementar la inversión en medidas preventivas y de control.

Por otro lado, cuestiones de seguridad y criminalidad están afectando directamente a las zonas de producción, ya que, según los productores, el aumento en la demanda de sustancias ilícitas ha impactado negativamente al sector. En Colombia, específicamente en Urabá y Magdalena, se ha presenciado un aumento en robos y vandalismo en fincas bananeras, lo que ha requerido la intervención de las fuerzas de seguridad nacionales. A esto se le suma la presión de cumplir con estándares de certificación internacionales y las políticas ambientales de la Unión Europea, que implican ajustes en las prácticas productivas y, por ende, costos adicionales relacionados con la sostenibilidad en los ámbitos social, medioambiental y laboral.

Los productores de banano han hecho un llamado a los supermercados minoristas europeos para que adopten la metodología propuesta por Fairtrade, reconocida por su transparencia y aceptación por la Unión Europea. Dicha metodología establece un precio justo para las cajas de banano, considerando los recientes aumentos en los costos de producción y las demandas de una agricultura sostenible.

En respuesta a la resistencia inicial mostrada por los supermercados al ajuste de precios, el presidente de Augura enfatizó la importancia de esta metodología, que toma en cuenta aspectos sociales, laborales y medioambientales para determinar un precio equitativo de la fruta. La asociación subraya el riesgo de que la persistencia en prácticas de compra que buscan reducir precios podría minar los esfuerzos de sostenibilidad en el sector.

El comunicado emitido por los bananeros denuncia que las estrategias de los supermercados con frecuencia inclinan la balanza hacia la obtención de precios más bajos, ignorando las consecuencias negativas sobre la agricultura sostenible. Esta situación es crítica ya que podría convertir el compromiso con la sostenibilidad en una simple declaración sin fundamento práctico o efectivo en la realidad del comercio del banano.

Es fundamental considerar que la postura de los productores de banano y de organizaciones como Fairtrade destaca el impacto directo que tienen las políticas de precios en la viabilidad a largo plazo de una agricultura responsable y en las vidas de los trabajadores del sector. Acciones como la adopción de precios justos son vistas como pasos esenciales hacia una cadena de suministro más justa y sostenible a nivel global.