En una decisión para salvaguardar la salud de los consumidores, el Ministerio de Salud de Colombia marcó un límite sobre la cantidad de lactosuero que puede haber por litro de leche. La resolución, emitida el pasado 28 de diciembre, pone fin a más de dos años de incertidumbre entre productores y consumidores del país.
“Igual, esa leche que venden es pura agua” o “Esa leche es todo menos leche”, son frases populares que más de uno ha podido escuchar en alguna conversación con familiares y amigos sobre las bolsas de leche, sobre todo cuando en su empaque indica si es ‘Entera’, ‘descremada’ o ‘deslactosada’.
Ahora puede seguirnos en WhatsApp Channel y en Google News.
Este nuevo estándar, delineado por el Ministerio de Salud, no solo fija un límite para prevenir la adulteración de la leche, sino que también prohíbe la comercialización de cualquier producto que exceda esta cantidad de lactosuero.
La medida busca poner fin “prácticas desleales que generan ganancias millonarias a algunos productores a expensas de la calidad nutricional de la leche que llega a los consumidores”, según registra Cambio. Ese límite máximo ha sido estipulado en 30 miligramos por litro de leche.
La incorporación de lactosuero en la leche afecta su calidad nutricional, según advierte Patricia Savino, nutricionista reconocida. Esta práctica, que no puede ser realizada por campesinos en sus fincas, sino durante el transporte o en plantas pasteurizadoras, ha sido vinculada al aumento de alergias, especialmente en niños menores de cinco años.
El Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) asume la responsabilidad de implementar y hacer cumplir este nuevo estándar. Cabe resaltar que a medida en que el producto lácteo entre al mercado con un porcentaje mayor, ha estipulado, ya será considerado como “adulteración del producto”.
Las labores de inspección y control serán cruciales para garantizar que las diferentes marcas de leche en Colombia se ajusten a los parámetros establecidos por el Ministerio de Salud.
Este cambio regulatorio proporciona un marco claro para la vigilancia de la calidad de la leche que consumen los colombianos, según destacó Martha Ordoñez, presidenta de CuídaLE, ”una alianza que nació de la unión de colombianos interesados por concientizar el valor nutricional de la leche pura en la alimentación de los niños y madres gestantes”, según lo indicado en su página web, en conversaciones con Cambio.
“Es un tremendo logro de este gobierno y del ministro de Salud, esto servirá para garantizar el derecho fundamental de niños y niñas para acceder a una alimentación de calidad”, detalló Ordoñez.
Una lucha de años
Desde el primero de septiembre del 2022, Infobae Colombia, informó sobre el inicio de la polémica láctica, cuando en La W se mencionaron hasta 16 marcas comerciales nacionales que rendían sus productos con el mencionado lactosuero.
Esta investigación, realizada por el laboratorio acreditado Biotrends, mencionaba que incluso Colanta era una de esas marcas involucradas en esta práctica desleal e ilegal. En su momento, por medio de sus abogados, la Compañía Lechera de Antioquia informó a este medio que los valores de lactosuero en la leche de esa productora es de 19,95, el cual no supera el 30, que es el nivel de lactosuero permitido por el Invima, según la empresa. “No es cierto que nuestra empresa esté incumpliendo o incurriendo en prácticas fraudulentas e ilegales, que afecten a los consumidores”.
Entre tanto, según Revista Cambio, marcas como Gloria Colombia, El Mortiño, La Esmeralda, El Recreo, Alimentos del Valle, Alival, Doña Leche, Parmalat, Colfrance y Laktoland estarían involucradas en esta práctica, que está prohibida en el país.
Cabe mencionar que el lactosuero, también conocido como suero de leche, es un subproducto líquido que se obtiene durante el proceso de fabricación del queso y la caseína. Una vez que la leche se coagula, se separa en cuajada, que se utiliza para hacer queso, y suero, que contiene la mayoría del agua, así como lactosa, proteínas solubles de la leche, vitaminas y minerales.
Este suero puede ser procesado y utilizado en la industria alimentaria, especialmente para la elaboración de suplementos proteicos, alimentos para bebés, y como aditivo en panadería y confitería, debido a su alto valor nutricional y sus propiedades funcionales